Paula (Louane Emera), de 16 años, entra al coro de la escuela siguiendo al chico que le gusta. Y así, casi por accidente, descubre que tiene un talento que había permanecido oculto: su privilegiada voz. Su profesor de canto se ofrece a ayudarle con el entrenamiento necesario para ganarse una beca y estudiar en París. La oferta es muy seductora, salvo porque todos en su familia –padre, madre y hermano– son sordomudos, y ella es para ellos sus oídos y su boca. A manera de comedia familiar salpicada de momentos musicales, se nos narran las peripecias de Paula y los suyos para superar esta etapa.
La familia Bélier (La famille Bélier) fue estrenada en diciembre en Francia con gran expectativa; se anunciaba en su país como la nueva Amélie (2001). Solo con el tráiler se vendió a más de ochenta países: “te hace reír, te hace pensar, te divierte”, decían. Y eventualmente la taquilla ratificó que tenía lo suficiente para desempeñarse bien con los números. En efecto, La familia Bélier es una comedia aparentemente noble, que te deja con un buen sabor de boca… a menos que seas sordomudo, pues aunque es una historia totalmente formularia y predecible, las peores críticas las recibió de esta comunidad. Los actores no son sordomudos y se entrenaron con demasiada rapidez en el lenguaje de señas. Especialistas y sordomudos encontraron tan burda su actuación que la compararon con pintar a un actor blanco para que interprete a un negro. Además, en la película, los personajes sordomudos son hasta cierto punto ridiculizados; mucha de la comedia de la que se presenta depende de sus ademanes exagerados, y son retratados con suma dependencia hacia su hija. Por su parte, la cantante Louane Emera, una figura popular en Francia tras haber sido semifinalisa en el concurso The Voice, de tan solo 18 años, tiene el encanto suficiente para mantener la película, al menos, con buen ritmo.
SOR (@SofOchoa)