La leyenda de las momias se desarrolla en Guanajuato durante la Nueva España. Leo San Juan (Benny Mendoza), el niño poblano, introvertido y héroe de La leyenda de la nahuala (2007) y La leyenda de la llorona (2011), debe emprender un viaje hacia Guanajuato para rescatar a su amiga Xóchilt, quien ha sido secuestrada por las momias que misteriosamente invadieron la ciudad. El chico inicia la travesía acompañado de sus camaradas Don Andrés (Andrés Couturier), Teodora (Mayté Cordero), el Alebrije (Rafael Inclán) y las calaveritas de azúcar, un equipo al que se suma el también alebrije Evaristo (Lalo España) y Luis, un niño que conocen en la ciudad y que a lo largo de la historia revelará su verdadera identidad. En su aventura, la pandilla descubre al responsable del despertar de los muertos vivientes: el Conde Rosseau, un solitario multimillonario que en un acto desesperado por revivir a su esposa, invoca a un antiguo demonio.
La leyenda de las momias, dirigida por Alberto Rodríguez —creador de la saga de fábulas populares de Ánima Estudios—, cierra la primera trilogía de animación mexicana que comenzó con, La leyenda de la nahuala y continuó con, La leyenda de la llorona. Desde un punto de vista de producción, este trabajo mejoró en su apartado técnico en comparación con las películas anteriores, arropado por una nítida animación 2D — que no evita siga viéndose anacrónica comparada con filmes que utilizan las mismas técnicas de animación como Mi vecino Totoro (1998) o El viaje de Chihiro (2001)— que consigue retratar los entornos de la ciudad, su arquitectura colonial, los callejones empedrados. Donde el filme más pierde terreno es en la construcción de la historia con un guión que, más allá de rescatar el valor de las leyendas nacionales y la idiosincrasia mexicana, parece más interesado en irse por las bromas fáciles de estereotipos y chistes innecesarios, dejando en segundo plano la naturaleza de las momias. La leyenda de las momias resulta un relato sobre simplificado, con humor blanco dirigido al público infantil, niños menores de siete años, pequeños menos acostumbrados al dinamismo de animaciones como Toy Story (1995) o Brave (2012).
VSM (@SofiaSanmarin)