Tommy Tilden (Brian Cox) es un experto en medicina forense y gestiona, en compañía de su hijo Austin (Emile Hirsch), una pequeña morgue en Virginia. Una noche, el sheriff local irrumpe desesperadamente con una situación de emergencia: el cadáver de una mujer desconocida hallado en un sótano después de un homicidio múltiple. Parece un caso como muchos, sin embargo, durante la autopsia, los dos profesionales comienzan a preocuparse por los terribles hallazgos que descubren. El exterior del cuerpo de la mujer está perfectamente conservado, pero por dentro presenta signos de cicatrices y quemaduras como si hubiera sido víctima de una brutal tortura asociada a un misterioso ritual. Mientras padre e hijo tratan de elaborar teorías científicas que expliquen los descubrimientos macabros, la situación al interior de la morgue se vuelven cada vez más oscura e inexplicable.
El realizador noruego, André Øvredal –que se dio a conocer en los circuitos del cine de terror y fantasía con su ingeniosa y extraordinaria Trollhunter (2010)–, elabora, a partir de un guion de Ian Goldberg y Richard Naing, un sofisticado, intrigante y claustrofóbico relato de horror. A diferencia de su filme anterior –en el que recurrió a los espacios abiertos y bosques nórdicos para la búsqueda de los míticos trols–, el director opta, ahora, por encerrarse en un sótano, donde los forenses llevan a cabo su trabajo. El proceso de la autopsia se muestra con detalle y, aunque están todos los ingredientes para servir un festín sangriento o presentar un relato convencional de apariciones sobrenaturales, Øvredal está mucho más interesado en jugar con las certezas y dudas de la audiencia. El director toma un puñado de viejos trucos: una canción alegre que aparece inesperadamente, las luces parpadeantes de las lámparas, los pasillos solitarios, el tintineo de una campana, la intensa lluvia en el exterior que obliga a los protagonistas a permanecer en el encierro, y todos estos elementos son utilizados para crear un efecto escalofriante que se prolonga hasta los créditos finales. La morgue (The Autopsy of Jane Doe, 2016) es una digna propuesta de terror existencial que explora el vínculo indisoluble con la muerte y nos recuerda que el horror más efectivo es el que no se ve en pantalla, sino el que se alude a lo largo del relato para que luego se inserte en la mente del espectador.
Fecha de estreno en México: 21 de abril, 2017.