Una joven llamada Quinn Brenner (Stefanie Scott) quiere ponerse en contacto con su madre, que falleció un año y medio antes a causa del cáncer de pulmón. Para ello, la adolescente busca a la clarividente Elise Rainier (Lin Shaye), pero la mujer, atormentada por la ausencia de su esposo, ha decidido no volver a emplear su don para comunicarse con los espíritus y fantasmas que rondan el mundo de los vivos. Cuando Elise accede a la petición de Quinn, la anciana recibe la amenaza de un ser malvado, porque le aconseja a la joven no hacer ningún intento más para contactar a su madre, ya que, al momento de buscar a un determinado espíritu, el resto de los muertos son capaces de escuchar. Sin embargo, la advertencia llega demasiado tarde, pues una entidad demoníaca conocida como ‘el hombre que no puede respirar’ despierta y comienza a acechar a la joven infringiéndole un constante dolor físico y psicológico.
La noche del demonio 3 (Insidious: Chapter 3, 2015) se erige como una precuela; el filme se sitúa pocos años antes de la inquietante historia de los Lambert –narrada en las dos entregas anteriores (Insidious, 2010; Insidious: Chapter 2, 2013). Es el debut en la silla de director de Leigh Whannell –guionista de los dos capítulos previos y de la extensa saga Saw (Juego de miedo)– y aunque manifiesta una clara comprensión de los tropos de los relatos paranormales, no propone un giro novedoso. Si en La noche del demonio 2 había ecos de The Shining (1980); ahora, Whannell le rinde homenaje a The Entity (Dir. Sidney J. Furie, 1982), una película de terror sobre una joven que es acosada sexualmente por un demonio invisible. La teatralidad de los rituales que buscan comunicarse con los espíritus se ha deteriorado; el recurso del contacto con el más allá se percibe repetitivo y desgastado. El filme sigue sin explorar de manera contundente aquello que en el universo de Insidious denominan ‘la vida ulterior’; poco se profundiza en aquel mundo habitado por los muertos y las almas en pena que buscan desesperadamente poseer un nuevo cuerpo joven para regresar al mundo de los vivos. La presencia del ‘hombre que no puede respirar’ resulta grotesca y efectiva como elemento para impresionar el ojo del espectador; uno de los accidentes que sufre Quinn está orquestado de manera coherente, realista y sorpresiva; y cuando la joven se arrastra por el suelo para salvarse, la atmósfera es inquietante. A pesar de estos aciertos de breve duración, Whannell repite la misma fórmula de James Wan: el constante uso de música y sonidos estridentes y agresivos que apuntalan a la alteración del tímpano para conducir al espectador a una atmósfera de pánico, pero que después del reiterado uso, se vuelve tedioso.
LFG (@luisfer_crimi)
Consulta los horarios en: Cinépolis, Cinemex
Fecha de estreno en México: 26 de junio, 2015.