Después de que Elise (Lin Shaye) permite que Tucker (Angus Sampson) y Specs (Leigh Whannell) -sus excéntricos socios cazafantasmas- vivan con ella, recibe una llamada telefónica de un hombre que vive en una antigua casa de Nuevo México. El hombre indica que en semanas recientes ha sido agobiado por una serie de fenómenos paranormales y atacado por extrañas presencias fantasmales. Renuente al principio, Elise decide tomar el caso, aunque bien sabe que eso significa volver a pisar la casa en la que vivió su infancia, el escenario de sus traumas y miedos más íntimos, donde debe enfrentarse a sus demonios -literales y figurativos-. Al llegar al recinto, la mujer no sólo se enfrenta al espíritu maligno, sino que debe lidiar con los reclamos de su hermano, a quien abandonó cuando eran niños.
La gran mayoría de las franquicias de terror se alejan cada vez más de su inspiración inicial conforme transcurren los años, pero La noche del demonio: La última llave (Insidious: The Last Key, 2018) ofrece un intrigante capítulo a la saga al otorgarle el lugar y la importancia que merece el personaje de Elise, una mujer de edad avanzada, desafiando así las tendencias del género orientadas a mostrar a los jóvenes como los protagonistas del relato. Inevitablemente, el director Adam Robitel (The Taking of Deborah Logan, 2014) recurre a los habituales ‘jump scares’, las puertas chirriantes y el incesante uso de la banda sonora compuesta por Joseph Bishara (The Conjuring, 2013), cuyos profundos y oscuros zumbidos logran colocar en estado de trance a los personajes en una secuencia clave. El filme no explora de manera contundente aquello que en el universo de Insidious denominan ‘la vida ulterior’; poco se profundiza en aquel mundo habitado por los muertos y las almas en pena que buscan desesperadamente poseer un nuevo cuerpo joven para regresar al mundo de los vivos. No obstante, el guionista, Leigh Whannell, le otorga un elemento humano a este relato para involucrar a la audiencia al colocar como tema central los traumas de la infancia y cómo estos afectan el crecimiento del individuo. Si bien es cierto que algunas de las relaciones y dinámicas entre los personajes secundarios están desarrolladas de manera superficial, Elise -interpretada por Shaye con reserva, fuerza interior y vulnerabilidad al mismo tiempo- se erige como una heroína completamente empática, una mujer cuya vida ha estado marcada por el maltrato a manos de los vivos y los muertos, y que forja una admirable determinación para ayudar a los demás y lidiar con sus propios fantasmas.
Fecha de estreno en México: 4 de enero, 2018.