Después de sufrir un fatídico accidente automovilístico, el doctor e investigador Ember (Aaron Eckkhart) se ve obligado a permanecer en una silla de ruedas. Junto con su joven equipo de científicos –conformado por Oliver (Keir O'Donnell) y Riley (Emily Jackson)–, Ember se dedica a entrar a los sueños de sus pacientes para liberarlos de los demonios (metafóricos y literales) que los aquejan. Cuando Camilla (Catalina Sandino Moreno), una emisaria del Vaticano, lo contacta para que ayude al pequeño Cameron (David Mazouz) a liberarse del demonio que lo ha poseído, Ember debe confrontar a la misma entidad maligna que años atrás le arrebató a su familia.
La reencarnación (Incarnate, 2016) es un filme de terror que recupera elementos de The Exorcist (1973), Dreamscape (1984), Avatar (2009) e Inception (2010), para mezclarlos indistinta y torpemente en una frágil reflexión sobre los sueños y el tiempo, y termina siendo un desastre tedioso y predecible. En un principio, el director Brad Peyton (San Andreas, 2015) hace un intento por diferenciarse de otras películas de posesión demoniaca, pero nunca logra crear una nueva y atractiva mitología, y los recursos que retoma del imaginario visual de James Cameron y de la propuesta conceptual de Christopher Nolan se atascan en un guión frívolo y perezoso que, en ocasiones, ni siquiera respeta las propias reglas que ha planteado. Eckhart es un actor comprometido que desea sacar adelante a su personaje –un hombre desaliñado y en silla de ruedas que lo ha perdido todo– pero sus esfuerzos parecen existir en un vacío. El resto de los actores están desorientados, sin saber exactamente de qué manera reaccionar e imposibilitados de descubrir cuál es la opción más realista o emocional para asumir sus personajes.
Fecha de estreno en México: 5 de enero, 2017.