El 24 de septiembre del 2002, Mike Webster (David Morse), exjugador estrella de la NFL, muere en la camioneta que se había convertido en su hogar después de que una aparente enfermedad mental lo alejara de su familia y lo imposibilitara para funcionar en sociedad. El cadáver llega a manos del doctor Bennet Omalu (Will Smith), un inmigrante nigeriano experto en patología forense, que descubre que hay algo más detrás de la muerte de Webster: una lesión cerebral severa, causada por los golpes recibidos en la cabeza durante todos sus años como jugador de futbol americano. Cuando Omalu publica su investigación en una revista científica, la NFL se siente directamente agraviada, lo que llevará al médico a enfrentarse a una de las corporaciones más grandes del mundo para defender su trabajo.
En La verdad oculta (Concussion), el director, Peter Landesman (Parkland, 2013), intentó incluir más información de la que podía controlar. Inspirado en una historia real, el filme se centra en la batalla que tuvo que lidiar Omalu para defender su descubrimiento de la encefalopatía traumática crónica (ETC), un daño cerebral que orillaba a muchos exjugadores de la NFL a cometer suicidio debido a los intensos síntomas, como mareos, alucinaciones, depresión y demencia. Aunque la premisa es imprescindible desde el punto de vista científico y social, sobre todo para Estados Unidos, un país tan fanático de este deporte, Landesman dedica demasiados minutos a la trama alterna –el momento en el que Omalu conoció a su esposa y el proceso de cortejo–, lo que distrae del punto central de la película y deja poco tiempo para explicar el verdadero impacto que tendría decisión de la NFL de desvirtuar sus conocimientos en la vida del médico nigeriano en aquellos que padecían la enfermedad. El afán del director por mostrar al personaje de Will Smith como un modelo del sueño americano y un emblema de lo que significa ser un buen ciudadano, lo vuelve plano al presentarlo como un absoluto de bondad y rectitud, un alma imperturbable sin un dejo de duda sobre lo virtuoso de su lucha. Irónicamente, las victimas de la ETC, a quienes Omalu les habla con delicadeza mientras realiza la autopsia, pasan a ser meros números que sustentan la investigación del médico forense.
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Fecha de estreno en México: 1 de enero, 2016.