Adama (Balamine Guirassy) es un joven de 14 años que vive con su madre en un pequeño apartamento de dos habitaciones en Bondy, una comunidad ubicada en los suburbios del noreste de París. Mientras su madre invierte mucho tiempo y esfuerzo en extenuantes jornadas laborales, él cuestiona la figura del padre ausente y asiste con indiferencia a la escuela secundaria. En un barrio rodeado por criminalidad y negocios turbios, de manera azarosa Adama queda en medio de un tiroteo entre dos peligrosas pandillas y la incursión de la policía; tras el enfrentamiento, el joven Mamadou (Ali Bidanessy) –amigo de Adama– le muestra una pequeña dosis de droga que, probablemente, algún narcotraficante perdió en el enfrentamiento. Al tener esa sustancia en sus manos, los dos niños deciden vender droga instaurando su centro de operaciones en el sótano de su escuela.
Para su primer largometraje como director, Mathieu Vadepied, el cinefotógrafo de Lee mis labios (2001) y Amigos (2011), recupera una serie de temas sociales –la desintegración familiar, la pobreza, la marginación, la injustica, el crimen, el tráfico de drogas, el sistema educativo– para confeccionar un filme que, en apariencia, podría orientarse al melodrama manipulador o a la tragedia desgarradora. Sin embargo, lejos de caer en las imágenes siniestras de un barrio sin ley, el director decide arropar el relato con varias pinceladas de comedia para hacer una declaración franca y benévola sobre la historia social francesa en la que el optimismo, la solidaridad y la esperanza destacan en todo momento aún cuando la violencia es una peligrosa sombra que acecha constantemente a los protagonistas. Vadepied se deja llevar por la pasión y la espontaneidad de sus dos jóvenes actores que ofrecen una capa de credibilidad y naturalismo. Varios de los giros trascendentes –aquellos que definen el futuro de los personajes– poseen inocencia y candidez, aunque también ingenuidad.
Fecha de estreno en México: 29 de diciembre, 2016.
Consulta horarios en: Cinépolis, Cineteca Nacional