Rocío (Iazua Larios) es una mujer que vive en Morelia junto con su pareja, Eduardo (Axel Ricco). Ambos mantienen una pasión similar; él es un maestro de música y ella es cantante. Su disciplina y dedicación la lleva a un momento importante dentro de su carrera: está a punto de convertirse en la primera exalumna del Conservatorio que abrirá el Festival de Música de Morelia con un concierto. Todo parece mantener un orden en su vida, pero pronto se devela que la pasión que la ha llevado tan lejos, también la ha alejado de su familia. Cuando era niña y vivía en Santa Clara del Cobre y Zirahuén, conoció a Werner (Tony Salzgeber), un músico alemán que la instruyó en la disciplina musical, pero su padre, Apolonio (Salvador Sánchez), un hombre dedicado a la industria del cobre martillado, desea que sus descendientes continúen con la tradición familiar y conserven el taller. Cuando Rocío decide irse a la capital, su padre la desconoce y le prohíbe regresar a casa o incluso volver a verlos. Diez años han pasado de este evento y, ahora. Rocío, con el Festival en puerta, se entera que su madre, Estela (Patricia Reyes Spíndola), está muy enferma, por lo que debe regresar a su pueblo y hacer las paces con su pasado.
La voz de un sueño, segundo largometraje de Analeine Cal y Mayor, está basado en la vida de Rocío Vega, la cantante michoacana que se abrió paso a nivel internacional interpretando música tradicional mexicana. El filme biográfico brinda una radiante mirada de Morelia con paisajes que retratan a las calles y a sus habitantes, mañanas que se iluminan con el rayo del sol y bañan la plaza pública mientras se observa a los primeros vendedores llegar al lugar, caminos adoquinados que conducen a casas de estructuras y colores uniformes; la belleza está ahí, no existe un esfuerzo por adornar y decorar artificialmente un lugar hasta el punto de volverlo irreconocible. La fotografía de Ramón Orozco Stoltenberg (Cuando los hijos regresan, 2017) logra conceder a la película un tono naturalista que favorece a la historia. El guion -realizado por Magali Urquieta e Ignacio Martínez Casares- utiliza una estructura lineal que por momentos hace uso del flashback para recordar la infancia de Rocío, pero debido a que el momento catártico sucede en el presente, los recuerdos de la cantante hacia el pasado son escasos. La familia, el perdón, y la música son los temas principales sobre los cuales gira la historia. Sobre ellos, los guionistas dotan el relato de diálogos potentes, capturando el sentido de la añoranza y la evocación durante una conversación que mantienen los tres hermanos tras la muerte de su madre. Sin embargo, también recurren a lugares comunes del melodrama como la necesidad de beber alcohol para conseguir que uno de los personajes hable sobre sus frustraciones con un extraño, haciendo que por momentos decaiga la naturalidad con la que fluía el diálogo. La composición musical de Camilla Uboldi es enternecedora, creando un ambiente digno de un verdadero festival de música, mientras que la voz de María León (Irene, la suplente de Rocío) logra formar una perfecta armonía con el trabajo de Uboldi. No obstante, cuando la cantante en turno es Iazua Larios, esa eufonía que existía, desaparece debido a que su rango vocal no es comparable con el de León. En última instancia, el trabajo de Cal y Mayor mantiene una sencillez que dota al filme de un halo familiar y acogedor, un cálido vistazo a la vida en un pequeño pueblo de Michoacán.
Fecha de estreno en México: 25 de mayo, 2018.