Antes de la historia de Blancanieves y del “vivieron felices para siempre” (versión Disney), la madrastra de Blancanieves, Ravenna (Charlize Theron), conquistaba reinos gracias a su belleza y poderes. Su hermana Freya (Emily Blunt) se mantenía siempre a su lado, hasta que un día se enamoró de un cortesano que la traicionó, desatando sus poderes para controlar el hielo y sus deseos de venganza, no sólo con ese hombre, sino con el mundo. Freya, a partir de su desilusión decide partir en conquista de nuevos territorios, constituyendo un ejército de jóvenes secuestrados en los poblados circundantes a los que les prohíbe terminantemente enamorarse. Entre ellos se encuentran el Cazador (Chris Hemsworth) y Sara (Jessica Chastain), quienes desafiarán las reglas.
The Huntsman: Winter’s War es una mezcla de cuento de hadas, chick flick y película de acción. La expansión de la diégesis de un cuento conocido para construir y explorar la historia de personajes secundarios no es cosa nueva, lo vimos ya en varias de las recientes películas de Disney, entre las que se encuentra Maleficent (2014, también con una mujer despechada por un mal amor). The Hunstman: Winter’s War es una precuela de la historia narrada en Snow White and the Huntsman (2012). En ella se dan a conocer los orígenes del Cazador, el desarrollo de sus habilidades como guerrero y su historia de amor. Otra de las protagonistas de la historia es Freya, la reina de hielo, cuyo diseño de arte, historia y carácter son completamente referenciales al personaje animado Elsa de Frozen (2013), a la Reina Blanca de Alice in Wonderland (2010) a la que da vida Anne Hathaway, y a la Bruja Blanca de The Chronicles of Narnia: The Lion, the Witch and the Wardrobe (2005) intepretada por Tilda Swinton (cabe destacar que dichas películas pertenecen todas a Disney). En el desarrollo de la historia todo gira con base en las relaciones de pareja: la forma en que Ravenna conquista reinos es enamorando reyes, los motivos por los cuales Freya obtiene sus poderes y desarrolla sus planes tienen motivos en una decepción amorosa, las razones por las cuales el Cazador y Sara se rebelan es por el inicio de una relación y hasta los personajes secundarios terminan enamorándose. Todo ello es evidente casi desde el inicio, los juegos de miradas, las bromas y juegos para “molestar” al otro como si se tratara de niños de kindergarden, y todos los indicativos que los chick flicks nos han mostrado como parte del proceso de una relación amorosa suceden en esta película. En un inicio, el diseño de arte se inspira en la Edad Media nórdica, incluso la fortaleza de Freya tiene la silueta y los detalles de un Stavkirke, un templo medieval cristiano noruego; pero, poco a poco, la película va perdiendo esto que resultaba interesante, para dar paso a personajes y locaciones desarrolladas por computadora que no son más que un cursi recordatorio de cosas antes vistas en películas de princesas. No podemos olvidar que en pos del empoderamiento femenino, tenemos ahora mujeres poderosas en el relato, pero esto sólo es a medias, porque cada personaje está necesariamente atado a su contraparte masculina, además de presentarse como mujeres altamente sexualizadas (¿cuándo podremos superar la imagen de la heroína embutida en pantalones de vynil?). Por otra parte el objeto del deseo de la narración que, en este caso, es el espejo de Ravenna, pierde su importancia, se convierte sólo en un pretexto para escenas de acción aburridas y repetidas (por enésima vez veremos esa llave en la que una mujer envuelve con las piernas el cuello del contrincante para dar un giro y así derribarlo). La película técnicamente está bien realizada, pero no aporta nada nuevo; al verla se tiene una sensación de deja vú constante. Es un híbrido sin pies ni cabeza.
Fecha de estreno en México: abril 8, 2016