Cuando una aterradora ola de violencia comienza a manifestarse en la ciudad de Nueva York, Sarchie (Eric Bana), un policía consternado por su obscuro pasado, busca una explicación racional a la serie de crímenes que investiga. Sin embargo, cuando Mendoza (Édgar Ramírez), un renegado sacerdote jesuita, le da argumentos para que considere que una posesión demoníaca puede ser la culpable de los asesinatos, Sarchie abre su mente y creencias para orientar su investigación hacia otros caminos. Ambos trabajan juntos para resolver el caso, pero en cuanto más se aproximan a la fuente de la maligna plaga, las vidas de las personas más cercanas a Sarchie –su esposa Jen (Olivia Munn) y su pequeña hija Christina (Lulu Wilson)– corren peligro.
El cineasta norteamericano, Scott Derrickson, se basa en el libro Beware the Night, escrito por Ralph Sarchie, –un oficial retirado del Departamento de Policía de Nueva York que se convirtió en demonólogo para resolver varios casos asociados a posesiones satánicas–. Aunque la combinación de exorcismos (tema que el director abordó en The Exorcism of Emily Rose, 2005) y asesinatos masivos (explorados en Sinister, 2012) parecía material apropiado para el realizador, Derrickson no puede cohibir su exacerbado entusiasmo por la violencia y lo sobrenatural. Nos muestra elementos brutales como un bebé lanzado por su madre, al foso de los leones; un gato momificado clavado en una cruz; o un ejército de insectos que son expulsados de los ojos de un cadáver. A pesar de las inquietantes imágenes, que aparecen a lo largo del filme, no existe una finalidad narrativa que justifique su uso, desembocando en un manejo perezoso del horror. Si bien es cierto que Eric Bana y Édgar Ramírez interpretan decididamente a dos hombres martirizados por el pasado, la ausencia de un argumento convincente –por más que se base en una historia real– hace que Líbranos del mal (Deliver Us From Evil, 2014) provoque dos o tres momentos de tensión pasajera, pero no un terror permanente.
LFG (@luisfer_crimi)
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