El 5 de agosto de 2010, la mina San José –ubicada en Copiapó, en la región de Atacama en Chile– se derrumbó; 33 mineros quedaron atrapados a 720 metros de profundidad. Esta tragedia de la vida real es retomada por la cineasta mexicana, Patricia Riggen (La misma luna, 2007; Educando a mamá, 2012), en su nuevo filme Los 33 (The 33, 2015). Basada en el libro Deep Down Dark del periodista californiano, Héctor Tobar, la película pretende abarcar la manera en que tres sectores involucrados vivieron la catástrofe: los mineros sepultados, sus familiares preocupados y los rescatistas agobiados. El guión, que pasó por las manos de cuatro escritores (Mikko Alanne, Craig Borte, José Rivera, Michael Thomas), retrata la terrible separación de aquellos hombres que permanecen en el interior de la mina y sus seres queridos que viven angustiados en el exterior, concentrándose en las historias de vida de algunos de los mineros. Entre éstas destacan la de Mario (Antonio Banderas), el líder del grupo que busca estrategias en equipo para poder sobrevivir, y su fiel esposa (Kate del Castillo); la de Darío (Juan Pablo Raba), un alcohólico que le guarda rencor a su hermana (Juliette Binoche), una humilde vendedora de empanadas; la de Alex (Mario Casas), un joven preocupado por la salud de su esposa embarazada (Cote de Pablo); la de un boliviano (Tenoch Huerta) que busca mejores oportunidades de empleo; y la de Luis (Lou Diamond Phillips), el intermediario entre los mineros y los jefes de la compañía extractora de oro, plata y cobre.
En el aspecto visual, Riggen sabe sacarle provecho al oportuno ojo del talentoso cinefotógrafo peruano, Checco Varese (El aura, 2005; True Blood, 2008; The Strain, 2014), para capturar los claroscuros que se producen en el interior de la mina debido a los juegos de contrastes que se generan entre las lámparas de los mineros y el espacio subterráneo, oscuro y cerrado. Al igual que en sus filmes anteriores, Riggen retoma las fracturas familiares –causadas por sucesos de enormes dimensiones– para dotarlas de un tono melodramático que, por momentos, resalta más la tristeza y esperanza de los que están afuera que las sofocaciones físicas y perturbaciones psicológicas de aquellos que están atrapados. Aunque la mayoría de las actuaciones se perciben dentro de un mismo rango mesurado y prudente, se desaprovecha el talento de Adriana Barraza –incluso, el popular presentador de televisión, Don Francisco, tiene más minutos en pantalla que la nominada al Oscar–. Es comprensible que por motivos comerciales y con la intención de tener un mayor alcance en territorio estadounidense, el filme esté hablado en inglés; no obstante, la tragedia que motivó y unió al pueblo chileno, y que tuvo plena atención mundial, representa uno de los grandes relatos de la historia reciente de Latinoamérica que pierde ímpetu y brillo al ser, mediante el lenguaje, apropiada por una cultura ajena.
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Fecha de estreno en México: 27 de agosto, 2015.