La primera secuencia de Los herederos nos muestra a Coyo (Máximo Hollander), un joven de 15 años que, a bordo de su patineta y en compañía de su perro, transita las calles de un fraccionamiento de clase alta (ubicado en Condado de Sayavedra). El chico irradia alegría y tranquilidad, y pronto lo vemos con su gentil padre que le enseña a manejar y con su cariñosa madre (Úrsula Pruneda), siempre al pendiente de él. Sin embargo, afuera de esa burbuja que busca resolver cualquier dificultad con el dinero, habitan jóvenes como Ruco (Sebastián Aguirre), un adolescente prepotente que ve en la violencia una posibilidad de diversión. Al igual que lo hizo Michel Franco en Después de Lucía (2012), Jorge Hernández Aldana se inmiscuye en la dinámica libertina de los adolescentes –aquellos chicos y chicas deseosos de fiestas, alcohol, drogas y sexo–; se molestan unos a otros y practican constantemente el bullying, pero ante el aburrimiento deciden explorar más allá de su círculo social involucrándose en una serie de juegos violentos que adquieren mayor riesgo cuando ponen sobre la mesa el uso de las armas. Los herederos es un agudo comentario social hacia la ceguera y permisividad de aquellos padres que tienen todos los recursos económicos necesarios para que sus hijos, a pesar de sus malas decisiones y acciones, no asuman las responsabilidades y castigos de sus actos.
Minicrítica realizada durante el Festival Internacional de Cine de Morelia 2015
Fecha de estreno en México: 12 de mayo, 2017.
Consulta horarios en: Cinépolis, Cinemex, Cineteca Nacional