Durante la madruga del 2 de octubre de 1968, varios desconocidos quedan atrapados en una terminal de autobuses debido a una intensa tormenta. Aislados del mundo exterior, debido al retraso del transporte y la interferencia en el sistema de comunicación, los personajes –reunidos ahí por el azar, el destino o algo mucho más siniestro– deben averiguar qué está sucediendo cuando se percatan de la llegada de una misteriosa infección, cuyo origen podría encontrarse en el interior de ese recinto. Ulises (Gustavo Sánchez Parra), un hombre desesperado por regresar con su esposa; Irene (Cassandra Ciangherotti), una joven embarazada; Martin (Fernando Becerrill), el viejo encargado de la estación de autobuses; Rosa (Catalina Salinas), la responsable de la limpieza del lugar; Álvaro (Humberto Busto), un arrogante estudiante de medicina; Roberta (María Elena Olivares), una indígena dedicada al chamanismo; y Gertrudis (Carmen Beato), una madre preocupada por su hijo enfermo (Santiago Torres) conforman el variopinto mosaico de personajes que desatan una ola de desconfianza, angustia y violencia con fatídicas consecuencias.
Con dos largometrajes, Isaac Ezban se ha destacado en el panorama actual del cine mexicano como uno de los realizadores más arriesgados al explorar los tropos de una ciencia ficción elegante que apuesta a las ideas y conceptos más que a los pomposos efectos visuales. Su más reciente filme, Los parecidos (2015), es una propuesta atrevida que motiva al espectador a generar especulaciones y meditaciones respecto a la fragilidad de la vida y los misterios inmutables de la existencia vinculados a la repetición y la identidad. Ezban recurre a la estrategia que previamente desarrolló en El incidente (leer reseña, 2014): el uso de la habitación cerrada y aislada para confeccionar un universo alternativo como escenario de suspenso. El filme es un thriller psicológico que cuestiona constante e intensamente las certezas de la realidad apoyado en una narración al estilo Serling Rod de The Twilight Zone, con un score que recuerda a Bernard Herrmann para configurar una atmósfera de misterio heredera de Alfred Hitchcock. Con un tratamiento visual de tonalidades grises, Ezban se apoya en el trabajo del cinefotógrafo Isi Sarfati para crear imágenes brumosas que le sacan provecho a las ventanas empañadas y a los espejos sucios de polvo para reforzar el planteamiento inicial del filme: una misteriosa epidemia que atenta contra los rasgos individuales de cada ser humano y que amenaza con convertirlos en una masa idéntica. Una premisa que, sin ser panfletaria ni de denuncia social, se enmarca adecuadamente en el contexto histórico de la masacre de Tlatelolco a finales de los sesenta.
Consulta horarios: Cinépolis, Cinemex
Fecha de estreno en México: 14 de octubre, 2016.