A sus 90 años, Lucky (Harry Dean Stanton) sigue siendo fuerte -mental y físicamente-. Él comienza todos los días con la misma rutina: deambula en calzoncillos al interior de su casa, se cepilla los dientes, enciende un cigarro y le dedica un poco de tiempo a su rutina de ejercicios físicos. Rastreando los movimientos de Lucky en una ciudad desierta escasamente poblada, se establecen más rutinas: asiste a la cafetería donde resuelve sus crucigramas e intercambia insultos amistosos con el dueño, Joe (Barry Shabaka Henley); luego visita la tienda de Bibi (Bertila Damas) donde compra sus humos y un galón de leche; y respeta el estricto horario que mantiene para que pueda llegar a casa para ver programas vespertinos en la televisión. Y por las noches visita un pequeño bar, en el que mantiene conversaciones con su amigo Howard (David Lynch). Sin embargo, un momento de desmayo seguido de una caída interrumpe esa rutina. Incluso con el visto bueno de su médico, Lucky admite que finalmente se enfrenta a su mortalidad.
Harry Dean Stanton recorrió varios kilómetros en su carrera, desde la épica caminata por el desierto en Paris, Texas (Wim Wenders, 1984) pasando por la exploración espacial en la nave Nostromo en Alien (Ridley Scott, 1979) hasta protagonizar Lucky (2017), ópera prima del actor John Carroll Lynch (Fargo, 1996; The Founder, 2016), una meditabunda reflexión sobre el paso del tiempo, la vejez, la soledad y la extinción. Una de las primeras tomas del filme muestra un paisaje desértico, donde sólo sobreviven los resistentes: los cactus decoran la tierra y una tortuga se adentra en el marco. Moviéndose lenta pero constantemente, la tortuga simboliza el espíritu animal de Lucky: ninguno de los dos tiene prisa por llegar a su destino, pero cada uno está decidido a llegar allá, al final de todo, al vacío, la nada. El guion de Logan Sparks y Drago Sumonja aborda los problemas de la muerte, la memoria, el propósito y la satisfacción a partir de la presencia física del protagonista y la manera en que éste se vincula con los otros habitantes del pueblo. Mediante planos cerrados, Carroll Lynch evidencia los estragos del tiempo en el rostro demacrado de Stanton, con esos ojos tristes que brillan con sabiduría, esa mezcla de actitud gruñona y buen humor y sus ocasionales momentos de lucidez filosófica y temor existencial. Evitando el sentimentalismo, la película está arraigada en el persistente brillo de Stanton mientras observamos cómo navega con una resiliencia estoica determinada. Lucky no es un personaje propenso a la nostalgia y al duelo por el pasado; abraza la situación actual con una leve sonrisa y una feroz ansiedad por ver qué depara el futuro.
Fecha de estreno en México: 21 de junio, 2018.
Consulta horarios en: Cinépolis, Cinemex, Cineteca Nacional