Volviendo a su ciudad natal en Louisiana después de vivir en California, Erica (Juliette Lewis) entra a trabajar en un casino para solventar los gastos de su hija Maggie (Diana Silvers), quien se ve obligada a socializar con los demás jóvenes cuando se incorpora al colegio a mitad del ciclo escolar. Además de soportar las burlas del malvado Haley (McKaley Miller) y del simpático Andy (Corey Fogelmanis), Maggie comienza a sentir curiosidad por el alcohol y las drogas. En una circunstancia casual Maggie conoce a Sue Ann (Octavia Spencer), una mujer solitaria que trabaja como asistente en una veterinaria, y pronto la nerviosa adolescente convence a la mujer de comprar bebidas alcohólicas para sus nuevos compañeros de clase. Sue Ann está de acuerdo, y además ofrece su sótano como lugar de esparcimiento y refugio -lejos de los policías entrometidos o las reglas estrictas de los padres-. El lugar de reunión subterráneo de Sue Ann -que pronto recibe el apodo de Ma- se convierte -de la noche a la mañana- en un punto de reunión, fiesta y excesos para menores de edad, pero Maggie pronto sospecha que su anfitriona, sospechosamente generosa, no es la tierna y dulce persona que aparenta ser.
Después de colaborar con Octavia Spencer en The Help (2011), el director Tate Taylor confía en la actriz para llevar a cabo su primer proyecto de terror, Ma (2019). Aunque no es particularmente aterrador, el filme tiene varios momentos de tensión y está poblado de suspenso. El verdadero horror reside en el personaje principal y en lo desquiciado que está. Sue Ann es una psicópata, y su incesante acecho y asfixia contra los adolescentes es demencialmente salvaje y atractivo. Spencer ofrece una actuación maravillosamente desquiciada a la que Tate regresa cada vez que se encuentra con algunos problemas narrativos. El guion de Scotty Landes (Workaholics, 2014-17) se basa en el pasado de Sue Ann a través de flashbacks, mientras que su fijación sobre los jóvenes revela un daño emocional devastador, pero cuya historia de fondo culmina, como es de esperar, mucho más tarde de lo necesario, dejando al desenfrenado tercer acto sofocado por decisiones negligentes justificadas por una lógica que no respeta del todo las convenciones que se habían establecido. Si bien es cierto que en el último tramo Taylor se aventura a explorar un nuevo territorio, el gore no es demasiado gráfico y, dentro del contexto de la película, es bastante extraño. En última instancia, Ma no provocará pesadillas, pero en el ambiente adecuado, podría provocar algunas lesiones, o mejor aún, hará que el espectador piense dos veces sobre los lugares en los que decide festejar o llevar a cabo una celebración.
Fecha de estreno en México: 31 de mayo, 2019.