En Marica travesti (Bixa Travesty, 2018), su más reciente colaboración, el dúo de directores conformado por Claudia Priscilla y Kiko Goifman se concentra en la vida de Linn da Quebrada, la cantante, compositora y actriz transexual brasileña para exponer los desafíos que enfrenta la también luchadora social en un contexto hostil -el de las favelas de Sao Paulo- gobernado por la transfobia y el racismo, al mismo tiempo que explora cómo la música es un instrumento social capaz de dar voz a las comunidades marginadas. Construido a partir de actuaciones musicales, monólogos de la protagonista, conversaciones entre Linn y su amiga y colaboradora Jup de Bairro, entrevistas en la radio y momentos en los que se rompe la cuarta pared, su inusual estructura narrativa que apela más a un conjunto de viñetas que a la confección de un relato tradicional específico, el filme se revela como un documental poco convencional que se acerca más a un poderoso manifiesto audiovisual de los derechos de la comunidad transexual. Con trajes exorbitantes y muchos bailes de twerking, ella realiza una especie de ataque electro-musical contra el orden de género heteronormativo blanco de Brasil y el machismo de la escena musical. Su lado afectuoso se muestra en escenas privadas: mientras se baña con amigos o cocina con su madre, habla sobre el amor, el racismo y la pobreza. En las imágenes de archivo, casi todos videos caseros, la vemos en actuaciones íntimas durante un tratamiento contra el cáncer en el hospital. Cada vez es más claro que Linn usa la desnudez radical como un medio para infiltrarse en los roles de género y poder presentar sus convicciones sobre el feminismo y la transexualidad con gran voz.
Marica travesti forma parte de la gira AMBULANTE 2019.