En la secuela de la exitosa comedia musical estadounidense, Notas perfectas (Perfect Pitch 2012), seguimos a las Barden Bellas ya consolidadas como campeonas nacionales de canto a capella. Las chicas disfrutan de su último año universitario, mientras que se preocupan por su futuro. Y es precisamente durante una de sus esperadas presentaciones ante el Presidente de los Estados Unidos que ocurre un infortunio y se convierten en el blanco de la crítica, poniendo así en duda, no solo su prestigio, sino su legado. Como respuesta al escándalo nacional, la Universidad se ve forzada a sancionarlas e incluso a deshacer la agrupación. Sin embargo, como son campeonas nacionales, no les pueden prohibir su participación en la competencia internacional de canto a capella que tendrá lugar en Dinamarca. Ahí deberán enfrentarse a los campeones europeos, los alemanes de Das Sound Machine, quienes gozan de una carrera exitosa, en continuo acenso. La única manera que tendrán las Barden Bellas de rescatar su reputación es ganando esta competencia en la que, dicho sea de paso, jamás ha ganado una delegación estadounidense.
A pesar de la espectacularidad y la gran producción de los números musicales, estos se presentan a lo largo de la cinta de una manera demasiado frecuente, que raya en lo agobiante. Queda muy claro que la mayor parte de los esfuerzos de la película se centran en el aspecto musical y visual, y en la incorporación de temas de distintas épocas bajo una interpretación impecable y llamativa por parte de las cantantes (que aunque pertenecen a un grupo a capella cuentan con acompañamientos musicales). A pesar de los esfuerzos de producción, el guión no deja de ser soso. No se presenta una nueva situación ni un buen desarrollo de la trama; el final es predecible, la problemática adolescente de la búsqueda de la pertenencia se maneja de manera muy superficial, y en su afán de incorporar una diversidad cultural a través del viaje a Europa, encontramos una visión trillada que, en vez de aportar algo nuevo, solo refuerza los estereotipos. No obstante que la película busca de manera desesperada repetir las situaciones cómicas que hicieron de la primera parte un éxito, los chistes misóginos de los comentaristas, así como los “enredos” a los que se enfrentan las protagonistas se quedan cortos y hacen que en más de una ocasión la película se vuelva tediosa. Lo que ayuda a redimirla un poco son los ritmos pegajosos de las canciones, las complejas coreografías y el carisma del elenco, así como la presencia de Anna Kendrick.
Fecha de estreno en México: 6 de agosto, 2015.