El cineasta y artista visual mexicano, Fernando Llanos, cuenta que en su familia se hablaba poco de su abuelo, pero algunos rumores bastaron para despertar su curiosidad y llevarlo a investigar las razones para tanto misterio. Así, Matria (2014) tiene dos historias: la de Antolin Jiménez Gamas, un hombre que pasó de formar parte de las filas de los revolucionarios (aunque no está en los registros oficiales) a convertirse en charro (y formar un grupo de charros para defender a México de un posible ataque de los nazis), y luego a ser uno de los políticos que sembraron las semillas del duro azote del priismo en nuestro país, abusando de las ventajas de ocupar un cargo público. La otra historia es la del director y su documental, en la que explica por qué decidió hacer esta película y las dificultades a las que se enfrentó, en especial con su familia, que prefería lavar la ropa sucia en casa.

Matria parece partir de la intención honesta de mostrar una parte de la historia de México a través de un personaje que, cual Forrest Gump, recorrió varios de sus puntos clave. Sin embargo, la mayor lucha a la que se enfrenta el realizador es contra su propio ego, y es que no se tienta la modestia al momento de comenzar el filme hablando de sí mismo y su trabajo, ni al incluir una voz en off que intenta crear una narrativa a través de sus reflexiones en torno a lo que va descubriendo y que, en todo momento, insiste en recordarnos que se trata de su historia. La atractiva historia del cartel, la del tipo que reunió a un grupo de charros para pelear contra los nazis, ocupa apenas unos minutos de la cinta. Además, el pretendido clímax de la cinta es una revelación que nada tiene que ver con los momentos históricos en los que participó Jiménez y es más bien un chisme que, como tanto le insistieron sus tíos y su madre al realizador, es intrascendente para todos los que no formamos parte de su familia. Matria es un filme que está construido a partir de entrevistas a personas que conocieron a Jiménez o saben de los momentos por los que pasó, imágenes de archivo de las distintas épocas, vistazos al enredo familiar del cineasta y un leitmotiv del mismo Fernando Llanos (otra vez el ego) caminando por la ciudad vestido de charro. Esto lleva a que la parte informativa de la película esté coqueteando constantemente con el documental televisivo, y la parte supuestamente personal o íntima se una a las filas de una tendencia en el género a buscar en nuestra propia casa historias que documentar, y en la que se corre el riesgo de desviar la mira del objetivo. 

Fecha de estreno en México: 16 de septiembre, 2016.

Consulta horarios en: Cinépolis, Cineteca Nacional