Eligio (Gael García Bernal) y Susana (Verónica Echegui) son pareja, viven juntos. Él es actor teatral (aunque hace comerciales y telenovelas, claro, para pagar la renta). Ella, madrileña, es escritora (publica en revistas pero quiere ser novelista). Se quieren, llevan ya un tiempo viviendo juntos, tienen una historia en común. Una noche, Eligio llega pedo, muy tarde, e intenta hacer el amor con Susana. Ella se niega; él no insiste, pero se declara puesto, por si las dudas. A la mañana siguiente, le cuenta en voz alta, en tono de gracia, haber soñado que la veía cogiendo con otro, sin darse cuenta que ella no está en casa. En una grabación telenovelera, ese mismo día, Eligio coquetea con una chica del staff. Por la noche lleva a sus amigos, para variar, a chupar a su departamento. Pero, cuando llega, se da cuenta que Susana se ha ido, con todo y sus cosas. Entra en pánico y no’más no da con ella. La busca por todos lados, incluso Locatel, sin éxito. Eligio comienza a resignarse, ayudado de otras chicas y los amigos, cuando en los últimos intentos por encontrarla, vía internet, descubre el paradero de Susana: fue aceptada en un curso para escritores, en Estados Unidos. Ella, en una de las fiestas de integración del curso, intercambia miradas con un poeta polaco y, al retirarse a su dormitorio, éstas se convierten en magnetismo del que parece irresistible; y lo termina siendo, para ellos. Eligio consigue el teléfono de la universidad que imparte el curso y le marca; cuando lo comunican a su habitación, escucha la voz de un hombre y cuelga. De inmediato decide vender su coche y lanzarse a buscarla. Apenas al llegar a su destino, Eligio enfrenta el primer conflicto de muchos que lo harán ir sintiendo esa muerte que parece ser peor que la de a de veras (máxime que ésta ya no la siente quien la sufre). Al regresar a México y volver a su departamento, pedazos de pizza en estado de putrefacción, basura de semanas y olores de descomposición simbolizan, de modo tan gracioso como incisivo, el estado interno de Eligio.
Me estás matando Susana es un filme en clave de comedia romántica, basado en la novela Ciudades desiertas de José Agustín. No es de extrañarse, pues, que contenga fuertes elementos de desazón emocional, de congoja relacionada a conflictos sexuales, de mucha melancolía, de incisivo humor, de sentido de pérdida. Y siendo dirigida por Roberto Sneider, quien adaptó Dos crímenes de Ibargüengoitia, el filme se beneficia de su talento para dar el ritmo y timing cómico preciso a las situaciones que, no por ello, pierden su tormentoso drama. Un gran apoyo para el director es una de las mejores interpretaciones que Gael ha ofrecido en su carrera, pues no solo aprovecha su carisma, sino que utiliza algunos manierismos típicos de él para, en los momentos adecuados, enriquecer su personaje, mostrando además un rango variado de matices y recursos actorales; la mano del realizador es evidente para sacar lo mejor del actor. Para que Me estás matando Susana fuera más redonda habría necesitado trabajar con mayor detalle la interiorización del dolor de Eligio, y también de Susana. Pocas veces los vemos solos, a cada uno, reflexionando sobre lo que están pasando, sobre las decisiones radicales que están tomando. No terminamos por saber si el riesgo que tiene Eligio de perderla es más debido a sus errores, fallas, descuidos, insensateces, o a lo profundo de su sueño. Sin embargo, Sneider captura con especial tino y lastimosa verdad una de las peores situaciones que le pueden ocurrir a una de las partes de una relación amorosa: perderla, luchar por recuperarla aunque de forma tardía, que se abra la posibilidad de que así sea, solo para comprobar que todo había sido una ilusión vana. La noción de que cuando una mujer decide poner fin a una relación no hay modo en el mundo de hacerla dar marcha atrás es ratificada…hasta que es rectificada.
Consulta horarios en: Cinépolis, Cinemex
Fecha de estreno en México: 19 de agosto, 2016.