Después de vivir durante 40 años en su apartamento de Brooklyn, Ruth (Diane Keaton) y Alex (Morgan Freeman) deciden ponerlo en venta, principalmente porque el edificio carece de un ascensor y cada vez se les complica subir las escaleras hasta el quinto piso. Además, el barrio ha dejado de ser el barrio tranquilo y modesto que era en el pasado, y se ha convertido en una zona de moda, presuntuosa y sumamente deseada por los nuevos residentes de la ciudad. La longeva pareja aún no ha decidido adónde marcharse, pero les cuesta trabajo imaginar que puedan vivir en otro sitio. Lily (Cynthia Nixon), la sobrina de Ruth, se encarga de todos los preparativos para anunciar la venta del departamento, así como la organización de los encuentros con los interesados en comprarlo.
Dirigido por Richard Loncraine –cuyo trabajo recorre una gama ecléctica de géneros: desde el drama de época, Richard III (1995), hasta el thriller de acción criminal, Firewall (2006), pasando por el romance deportivo, Wimbledon (2004)–, Memorias de Manhattan (5 Flights Up, 2014) plantea toda la travesía de dos ancianos que necesitan despojarse de su hogar para buscar uno nuevo. Diane Keaton y Morgan Freeman tienen la química necesaria para hacer que la pareja funcione en pantalla; sus actuaciones lucen perfectamente sincronizadas para transmitir la sensación de realmente haber vivido juntos durante mucho tiempo. Ellos dos son los únicos personajes que poseen calidez y humanidad en un ambiente neoyorquino gobernado por tiburones ambiciosos, competitivos y desquiciados; este contraste luce artificial y poco naturalista. En un principio el relato posee una fuerte dosis de dulzura sentimental orientada hacia la remembranza de los bellos momentos que Ruth y Alex vivieron ahí, pero también hacia las dificultades que, de jóvenes, tuvieron que afrontar por ser una pareja interracial. Sin embargo, la variedad de temas que se plantean –el amor de pareja, la aceptación de la vejez, la importancia de los recuerdos, las relaciones interraciales, el cariño a la mascota, el tener que lidiar con extraños, las dinámicas del sector inmobiliario, el alto costo de vivir en Nueva York– no se entrelazan de forma contundente, ocasionando que el ritmo sea desigual a lo largo del relato. Aunque no se enfatiza algún elemento dramático o traumático para llamar la atención de la audiencia, el director recurre a una subtrama innecesaria, arbitraria y fallida sobre la presencia de un hombre sospechoso de terrorismo.
LFG (@luisfer_crimi)
Consulta horarios en: Cinépolis, Cinemex
Fecha de estreno en México: 12 de junio, 2015.