El éxito de Mi semana con Marilyn se basa en gran medida en el calibre de actriz que Michelle Williams se ha convertido y que vierte en una personificación casi idéntica, con cabellos blancuzcos, voz aniñada y una mirada dulce que, en el fondo, parece estar consciente de todo y manipularlos a todos.
La historia está basada en los diarios de Colin Clark, que recuperan el tiempo que Marilyn pasó en Inglaterra filmando lo que después sería una película menor, The Prince and the Showgirl (1957), en la que él fungía como tercer asistente de dirección a los 23 años. Ella tenía 30 y supo cómo esclavizarlo con un gesto, y, en una semana de romance ¿etéreo?, cambiarle la vida.
SOR (@SofOchoa)