La mariquita Tiny y su familia adoptiva de hormigas negras habitan un tranquilo bosque, donde una pareja de humanos acampan plácidamente. El abandono de este sitio por parte de la pareja, provocará que el ejército de hormigas quiera hacerse de la totalidad de los sobrantes de comida dejado por los humanos en su ecosistema. Será el descubrimiento de un cubo de caña de azúcar por la colonia de hormigas lo que haga que el deseo de los insectos se incremente, sobre todo el de sus hermanas enemigas, las hormigas rojas, desatando frenéticas persecuciones y épicas batalla entre el grupo de minúsculos animales.
A primera vista, la cinta de Hélène Giraud y Thomas Szabo destaca porque, los escenarios donde la historia sucede son reales y, además, a diferencia de otros ejemplos del género (Antz, Bichos y, por extensión, casi todas las cintas con animales en dibujos), Minúsculos (Minuscule - La vallée des fourmis perdues) evita el antropomorfismo. Los personajes del filme no tienen cejas o boca, y mucho menos, voz y diálogos, en su lugar, se presenta un hábil trabajo de efectos de sonido que resulta en una efectiva manera de distinguir a los insectos entre ellos. Ejemplos: el sonido como de un motor de las alas al vuelo de la mariquita, el zumbido de moscas o de las patas al frotarse unas con otras de diversas especies de hormigas rojas, arañas, etc. Sin embargo, esta cualidad también se vuelve el defecto del filme, ya que el mutismo de los personajes limita su actuación –y sus expresiones, que van casi únicamente del miedo a la fascinación y viceversa– una vez que la historia se ha desarrollado, por lo que este microcosmos parece acartonado.
JAR (@franzkie_)
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