En las profundidades de la Bahía de Kola, Rusia, el submarino estadounidense Tampa Bay escucha –a través del sonar- un extraño sonido que nadie logra identificar. Demasiado tarde, los miembros de la tripulación se dan cuenta que se trata de un torpedo lanzado por un submarino de la Armada rusa, y perecen tras el impacto. Lejos de ahí, en la zona montañosa de Escocia, Joe Glass (Gerard Butler) observa a un ciervo alimentarse. Mientras se dispone a cazar al animal, recibe una llamada para liderar una operación secreta y descubrir las razones por las que el Tampa Bay no responde llamadas ni figura en los radares. En Estados Unidos, la Agencia de Seguridad Nacional ha decidido mandar a un equipo terrestre a Rusia para averiguar qué es lo que sucede, liderados por Bill Beaman (Toby Stephens), la tropa inicia su recorrido hacia el otro lado del mundo. Joe Glass, a bordo del USS Arkansas, descubre lo que sucedió con el sumergible e informa tanto al Almirante John Fisk (Common) como al presidente del Estado Mayor, Charles Donnegan (Gary Oldman). Confundidos por las acciones del gobierno ruso, la tripulación de Glass consigue obtener información importante: el presidente ruso, Zakarin (Alexander Dianchenko), ha sido secuestrado por el Ministro de Defensa ruso, Durov (Mikhail Gorevoy), por lo que tanto el equipo de tierra como el submarino Arkansas deberán de unirse para conseguir rescatar al presidente Zakarin de su propio gobierno.
Basado en el libro Firing Point de George Wallace, Misión submarino (Hunter Killer, 2018) intenta plasmar aquel miedo latente durante la Guerra Fría –visto previamente en filmes como The Hunt for Red October (1990) y Ice Station Zebra (1968)-y colocarlo en la contemporaneidad. Haciendo uso de un héroe de acción, el director Donovan Marsh, retrata la silente disputa entre dos naciones y los conflictos que se suscitan cuando alguno de los dos quebranta un acuerdo anteriormente instaurado. Pese a que Butler no es un héroe de acción per se -dentro del submarino se limitará a evitar que el vehículo sea hundido por sus rivales geográficos- la tesitura de la película mantiene una clara similitud con Olympus Has Fallen (2013), en ambas debe rescatar a un presidente con el objetivo de evitar un caos global. Durante la primera mitad del filme, los guionistas Arne Schmidt y Jamie Moss se encargan de establecer a una amplia cantidad de personajes que posteriormente no van a ser mencionados, lo que hace que la película tenga un inicio lento y que sea sólo, hasta la segunda mitad, que Misión submarino obtenga sus primeros momentos de acción. Uno de los temas que intentan recalcar con mayor ahínco es la compasión de Glass, sin embargo, esto se contradice cuando, en una de las primeras escenas, lo observamos con un arco y una flecha listo para matar a un ciervo, pero tan pronto se da cuenta de que el animal está acompañado de una hembra y un cervatillo, baja su arma. Esta explicación de alguna forma intenta establecer la naturaleza del hombre, a pesar de que queda sobreentendido que el hombre caza animales como deporte, no por necesidad. Pese a esto, en sus entrañas, el filme mantiene un mensaje claro: la idea de “actuar y luego pensar” es dejada de lado -aunque esto ya sea una marca insigne en el canon del cine de acción-, aquí, Glass, decide dejar los impulsos de lado y apelar a la conciencia ética de los demás para que lo que ocurra pueda ser solucionado gracias a un diálogo.
Fecha de estreno en México: 2 de noviembre, 2018.