Lee (Kate Mara) se dedica a diagnosticar experimentos corporativos para evaluar si deben continuar o detenerse. En un lugar aislado, un grupo de científicos la recibe con desconfianza porque saben que el experimento en el que trabajan, una niñada creada artificialmente llamada Morgan (Anya Taylor-Joy), ha tenido problemas de violencia y es eso lo que están revisando y analizando. Mientras Lee planea las pruebas, ellos se debaten entre el cariño que le han tomado al experimento y los probables peligros de perder el control.
Un thriller de ciencia ficción efectivo aunque lejos de ser sorprendente; el valor de esta película reside en el poder visual del fotógrafo Max Richter y una cuidadosa selección de locaciones, pero además en las actuaciones de prácticamente todo el elenco aunque destaca la joven Anya Taylor-Joy y su poder para aterrorizarnos. Sin embargo, el guión de Seth W. Owen no logra ocultar sus fallas, mismas que debilitan el rendimiento del filme, no por los huecos en las reglas del universo que presenta (éstas puedes ser obviadas), sino por lo predecible de sus resoluciones que, si bien equilibra con pequeñas vueltas de tuerca, disminuye el suspenso general: las secuencias de acción y el ritmo narrativo logran mantenernos al filo del asiento pero siempre sabiendo que conocemos demasiado del final. Morgan (2016) es dirigido por Luke Scott, hijo y aparentemente fanático de Ridley Scott, quien además produce esta cinta. Curiosamente, Luke ha decidido seguir de cerca los pasos de su padre en los temas que aborda y, si bien esta película carece de trascendencia, podemos reconocer la mano de un cineasta con oficio del que se pueden esperar mejores sorpresas en el futuro.
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Fecha de estreno en México: 9 de septiembre, 2016.