Julita Salmerón, la protagonista de Muchos hijos, un mono y un castillo (2017), insiste constantemente en que nadie, más allá de sus amigos y familiares, tendrá interés en ver su historia. En cierta medida tiene razón porque un alto porcentaje de “documentales familiares” distorsionan el concepto de universalidad y se esconden detrás de él para justificar historias personales que jamás logran conectar con la audiencia; por lo tanto, los espectadores que no comparten los genes o las preocupaciones inmediatas de los sujetos retratados o de sus creadores no le encuentran valor alguno a este tipo de filmes. Sin embargo, el director Gustavo Salmerón ha encontrado un gran e inusual personaje: su madre.
Las peculiaridades de Julita resuenan a lo largo de la amplia gama de videos familiares recuperados para esta película. No importa lo extravagante o estrafalaria que pueda parecer Julita, sus hijos la quieren aún más, gracias a sus excentricidades. El encanto del filme radica en que estamos ante un relato sobre el legado familiar fuera de lo común que se construye a partir de una mirada constante sobre la figura de la madre, una mujer que soñaba con tener tres cosas en la vida para ser feliz: muchos hijos, un mono y un castillo. Esos tres artículos son una mezcla extraña que habla de la personalidad chiflada y pintoresca de la madre, y la historia de cómo hacer realidad el trío de deseos es igualmente extraño y placentero. La manada de niños (seis en total) y la mascota llegaron con relativa facilidad, pero el castillo en sí se sentía demasiado fuera de alcance debido a los modestos medios de su familia. De repente, una herencia (los detalles son deliberadamente vagos) permite que los Salmerón se muden a la casa de sus sueños que contenía estatuas clásicas, brillantes trajes de armadura y mucho espacio para moverse. Puede que todo suene demasiado bueno para ser verdad y demasiado descabellado para creerlo, pero como Julita misma señala, “la historia es lo suficientemente loca como para ser auténtica”. Incluso, la realidad nunca está lejos y trata de imponerse a los procedimientos a través de más de un evento sombrío, como el asesinato de la abuela de Julita, la crisis económica de 2007 o un robo en su propia casa. Sin embargo, justo cuando cualquiera de estas tragedias amenaza con enterrar a Julita, la imaginación, tal como la emplean los niños, sale a la luz para confrontar todos los problemas pasados, presentes y futuros. Construida a partir de 14 años de grabaciones caseras, Muchos hijos, un mono y un castillo muestra un retrato irresistible de una mujer carismática que no deja que la vida le dicte los términos. En lugar de tomarse las cosas demasiado en serio o quedarse atascada en su constante flujo de pequeñas (y considerables) crueldades, Julita rebota de una aventura a otra, arrastrando a su familia con ella. Más allá del cariño y el respeto que existe entre madre e hijo, Salmerón le permite a Julita explicar la historia. Cada entrevista con Julita está llena de verdades, disparates, adornos, juegos de verdad y ficción que motivan a Salmerón a cuestionar la historia familiar y reflexionar sobre la reconstrucción del pasado a través del lenguaje oral y los valores simbólicos que otorgamos a los objetos que coleccionamos como una necesidad del ser humano por aprehender la historia.
Fecha de estreno en México: 16 de noviembre, 2018.
Consulta horarios en: Cinépolis, Cinemex, Cineteca Nacional