Inspirado en la obra de teatro del dramaturgo francés, Jean-Luc Lagarce, el filme se centra en Louis (Gaspard Ulliel), un joven escritor que padece una enfermedad terminal y decide, luego de 12 años de ausencia, regresar a su pueblo natal para decirle a su familia que pronto morirá. Este núcleo esta conformado por la rebelde hermana menor (Léa Seydoux) que tiene poco margen de maniobra y que lucha constantemente contra la opresión de sus mayores; una madre (Nathalie Baye) amorosa y aparentemente comprensiva; un hermano mayor (Vincent Cassel) egoísta, acomplejado y que se siente traicionado por los demás porque él no ha podido sobresalir; y la cuñada mansa y delicada (Marion Cotillard). Dada la naturaleza disfuncional de los familiares, Louis descubre que hubiera sido mejor mantenerse alejado.
Si Xavier Dolan (Tom á la ferme, 2013) exploró el formato de la imagen cinematográfica en Mommy (2014) con personajes encerrados en una pequeña dimensión en busca de su propio espacio, ahora, en No es más que el fin del mundo (Juste la fin du monde, 2016), el joven realizador canadiense encaja cada rostro en una interminable serie de primeros planos sofocantes, asfixiantes, con la imposibilidad de ver cómo reaccionan las demás partes de los cuerpos de los personajes. El recurso visual resulta apasionante porque logra transmitir su mensaje: el fin del mundo es la imposibilidad de recuperar las oportunidades perdidas para entablar un diálogo con el otro, con la familia. Louis, el alma atormentada de este relato, lucha contra todos ellos y contra uno de los peores males de nuestro siglo: la incomunicación. Ante ese dolor tan arraigado, la enfermedad incurable puede parecer mucho más compasiva que la propia familia. No es más que el fin del mundo es una experiencia visceral –por momentos histérica y melodramática, con algunas secuencias agotadoras e innecesarias– que confirma a Dolan como un autor interesado en desatar torbellinos de emociones devastadoras empujando al espectador a las dinámicas del infortunio familiar que es impulsado por silencios y palabras violentas llenas de resentimiento y decepción.
Fecha de estreno en México: 21 de diciembre, 2016.