Sofía (Zoe Arévalo), una niña aficionada a las películas de terror y que parece no temerle a nada, cambia su carácter drásticamente cuando escucha ruidos extraños durante la primera noche que ella, su padre (Marco Zunino) y Mónica (Fiorella Díaz) –la novia de éste–, pasan en su nueva casa. Paulatinamente los tres descubren que la casa esconde oscuros secretos y por más que el padre se niega a creer en los eventos paranormales que los rodean, Mónica y Sofía, que en un principio son enemigas declaradas, sufren la estancia en aquel lugar convenciéndose cada vez más de que algo no está bien.

No estamos solos (2016), dirigida por el cineasta peruano, Daniel Rodríguez Risco (El vientre, 2014), es una película de terror con efectivos momentos de tensión. A pesar de tratarse de una historia sencilla escrita para un filme de bajo presupuesto (prácticamente todo sucede dentro de una sola casa) cuenta con efectos especiales decentes y una manufactura cuidadosa. Las actuaciones son más que efectivas, con le excepción de la de la pequeña Zoe Arévalo que no logra evadir su torpeza a causa de su inexperiencia. Sin embargo, en un afán por homenajear el género en el que se inserta, termina por convertirse en un filme excesivamente predecible, situación que no le conviene a una obra que pretende provocar ansiedad y miedo en el espectador. Llega un punto en el que es difícil distinguir si está celebrando a reconocidos filmes de terror como El exorcista o Poltergeist o si simplemente está recurriendo a todos los clichés que tiene a la mano atorándose en formulas desgastadas.

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Fecha de estreno en México: 26 de agosto, 2016.