En su primer día de escuela, tres pequeñas niñas se conocen en la entrada del lugar y rápidamente crean un vínculo entre ellas. Sus padres -Lisa (Leslie Mann), Mitchell (John Cena) y Hunter (Ike Barinholtz)- las observan ingresar al colegio y comienzan a entablar una conversación, Hunter menciona que si sus hijas se han vuelto amigas, eso los vuelve a ellos amigos también. En la siguiente escena observamos a Julie (Kathryn Newton), Kayla (Geraldine Viswanathan) y Sam (Gideon Adlon), ya no como unas niñas, sino como tres adolescentes a punto de terminar la preparatoria. Julie es hija de Lisa, ellas mantienen una relación tan cercana que incluso preparan desayunos idénticos y los comen de manera sincronizada; Kayla es hija de Mitchell, un hombre que -pese al tono muscular de su cuerpo- es sumamente sensible, por lo que incluso una sonrisa que su hija le dirige, lo hace llorar de emoción; Sam es hija de Hunter, un hombre que se alejó de su familia, por lo que el contacto paternal que posee viene de Frank (Hannibal Buress), la nueva pareja de su madre. Posteriormente, el relato nos conduce al día del baile de graduación, fecha en que las tres amigas han pactado perder la virginidad. Accidentalmente Julie deja su computadora prendida, y su aprehensiva madre comienza a leer los mensajes junto con el padre de Kayla, pero no comprenden nada debido a que todo está codificado a través de emoticones, algo que solo Hunter logra descifrar. Tras comprender lo que sus hijas planean hacer, Julie y Mitchell intentan sabotear el pacto, por lo que junto con Hunter –quien no está de acuerdo con lo que planean hacer- comienzan una búsqueda para proteger a sus hijas.
No me las toquen (Blockers, 2018), comedia dirigida por Kay Cannon -quien previamente fue guionista de las tres primeras entregas de Pitch Perfect-, es una cinta que habla del despertar sexual –sin condenarlo o vanagloriarlo- y del desprendimiento emocional al que deben someterse los padres cuando observan a sus hijos crecer. El guion, escrito por Brian Kehoe y Jim Kehoe, posee momentos notables como aquel en que los desesperados padres intentar averiguar lo que una serie de emoticones significa, o donde alguien malinterpreta American Beauty. Pero también utiliza chistes que -si bien funcionan ante la ligereza con la que el filme se mueve- pueden no ser gratos para todo el público, como el momento en que Cena es parte de una competencia donde beben cerveza por el trasero. Pero existe algo muy sugestivo que descansa en el argumento; no hay padres omnipresentes que ostentan perfección en cada decisión que han tomado, sino personas vulnerables que han creado cierta dependencia hacia sus hijas y esto los hace cometer errores, y las adolescentes tampoco son autómatas que simplemente siguen la corriente, sino que en realidad el guion les dan la oportunidad de mostrar que son lo suficientemente maduras para elegir lo que quieren y necesitan a su edad. Las actuaciones son funcionales, Mann, Cena y Barinholtz saben lo que los papeles requieren y cumplen con sus personajes de manera adecuada, y entre los personajes juveniles se destaca el trabajo de Viswanathan quien posee un buen ritmo para manejar sus escenas cómicas y crear a una mujer empoderada que sabe lo que quiere. No me las toques utiliza las fórmulas del cine de comedia vistas en películas como Superbad y American Pie, pero revitalizando los gags que hicieron famosas a sus antecesoras.
Fecha de estreno en México: 25 de mayo, 2018.