A finales de la década de 2000, Laurel Hester (Julianne Moore), una detective que trabaja en el condado de Ocean, New Jersey, se enamora de Stacie Andree (Ellen Page), una joven que trabaja en un taller mecánico. Hester decide mantener su relación lo más privada posible debido al temor de aceptar abiertamente su homosexualidad y que esto le perjudique en el ascenso laboral que busca. Al darse cuenta de que Stacie es lo más importante en su vida, la detective decide dejar de ocultar su romance. Cuando Hester es diagnosticada con cáncer de pulmón, ella desea que su pensión sea traspasada a su pareja para que Andree pueda conservar los beneficios y la casa. La petición de Hester es rechazada por las autoridades del condado, debido a que los beneficios sólo pueden ser legados a los cónyuges. Este evento enciende un movimiento social y judicial encabezada por el activista Steven Goldstein (Steve Carell) y el policía compañero de Hester, Dane Wells (Michael Shannon), para luchar por los derechos de las dos mujeres.
Basado en una historia real que anteriormente fue llevada al cine en Freeheld (Dir. Cynthia Wade, 2007), No sin ella (Freeheld, 2015), dirigido por Peter Sollet (Nick and Norah's Infinite Playlist, 2008), No sin ella es el retrato de un tierno romance vivido en medio de movimientos sociales de compromiso civil que busca la equidad. A pesar del talento, el aplomo y los esfuerzos realizados por las protagonistas, el filme es un melodrama tímido en el reconocimiento de los derechos de los homosexuales, en el que el impulso de la tesis domina y aniquila la historia humana. Hay sinceridad en esta dramatización, pero el guionista Ron Nyswaner –cuyo guión de Philadelphia (1993) es un notable ejemplo de una película sobre campañas sociales para defender los derechos de un enfermo– opta por emplear a Laurel y Stacie como símbolos de una endeble lucha y no como las mujeres que son. Las películas sobre las batallas por los derechos civiles, además de talento, requieren una auténtica indignación moral; si todo el contexto está envuelto con una historia sentimental y elaborado con una mirada condescendiente por parte del director, se desvanece el verdadero sufrimiento. Los discursos sobre la tolerancia y la diversidad caen en los lugares comunes de siempre; el guión tiene la intención de colocarse en un pedestal para explicarnos con palabras lo que ya vemos en imágenes, evidenciando su incapacidad para aventurarse a explorar los conceptos desde perspectivas directas y frontales para que el espectador se involucre en el proceso de sensibilización.
Fecha de estreno en México: 4 de marzo, 2016.