En Nómadas, el director Ricardo Benet intenta explorar el terreno de la búsqueda espiritual y de identidad entre dos personajes de distintas culturas. Tan disímbolos como cercanos, los protagonistas se ven envueltos en una relación atípica marcada por las circunstancias que los envuelven. Roberto (Huerta) es originario del sur de México y trabaja limpiando vidrios de los rascacielos de Nueva York, mientras que Susan (Liu) es una reportera estadounidense de descendencia china que investiga en un documental sobre la gente que se suicida en el metro de la ciudad de México. Y es que ella intenta descifrar la razón por la que su padre se quitó la vida precisamente en una estación de metro de aquella metrópoli. El encuentro de los dos protagonistas se da de manera casual en el edificio donde ambos laboran y con el paso de los días se vuelven amigos.

Las ideas de soledad y desarraigo de los personajes del filme se acompasan con los paisajes fríos y grises. Pero los diálogos de Susan y Roberto van cargados de una filosofía profunda que raya en la pretensión. Los sentimientos y sensaciones que se buscan transmitir no logran cuajar. Nómadas se vuelve ambigua y no consigue un contexto fijo acerca del concepto que titula la cinta. Los personajes son expuestos en la intimidad bajo una mirada exhaustiva por parte del director con el fin de acentuar la soledad y el dolor de los personajes. La totalidad del relato es insustancial, con temas importantes como la búsqueda de sentido en la vida moderna, que se quedan superficialmente explorados, y a través del recurso de seguir a los protagonistas en sus vidas diarias, exhibe una forzada necesidad de enfatizar el desarraigo.

 VSM (@SofiaSanmarin)

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