En la ciudad de Los Ángeles, a finales de los sesenta, vive Alice (Elizabeth Reaser), una madre viuda que, acompañada de sus dos hijas –Paulina (Annalise Basso) y Doris (Lulu Wilson)– trabaja como vidente y practica sesiones espiritistas al interior de su modesta casa –una construcción vieja, pero ordenada y elegantemente decorada– para poder pagar la hipoteca. Cuando la más pequeña de las hijas siente curiosidad por un tablero recientemente adquirido por Alice, se invoca a un espíritu vengativo, cuya fatídica muerte está asociada a las terribles consecuencias del Holocausto.
A diferencia de Ouija (2014), que era un extenso y torpe comercial cinematográfico de un popular juego de mesa de Hasbro, Ouija: El origen del mal (Ouija: Origin of Evil, 2016) recupera las convenciones del terror sobrenatural orientado a la casa maldita, las posesiones y los exorcismos para crear una contundente atmósfera de paranoia, desconfianza y angustia al interior de un drama familiar. Aunque está acostumbrada a estafar a sus clientes haciéndoles creer que existe la posibilidad de comunicarse con sus seres queridos del más allá, Alice no cree en los fantasmas; por esta razón, resulta revelador cuando la pequeña Doris realmente puede interactuar –mediante la Ouija– con el reino de los muertos y, por lo tanto, se pone en contacto con su difunto padre. Esto abre la posibilidad de que Alice también vuelva a comunicarse con su esposo, pero ¿y si han invocado al espíritu equivocado? Al igual que algunos de los más efectivos filmes de horror de los últimos años (The Babadook, 2014; Dulces sueños, mamá, 2014; It Follows, 2014; Cuando las luces se apagan, 2016), el director Mike Flanagan (Oculus, 2013; Before I Wake, 2016) recupera el tema de la ausencia del padre para estructurar de manera hábil y coherente los miedos que se desprenden a partir de la pérdida y el luto. Aunque hay un uso exacerbado del CGI y algunas propuestas visuales que parecían prometedoras devienen en sustos simples, el diseño de producción de Patricio M. Farrell logra reconstruir fehacientemente la época en la que se sitúa el relato. Finalmente, Flanagan demuestra una vez más su instinto admirable para sacar lo mejor de los jóvenes actores, quienes entregan sólidas y convincentes interpretaciones. Particularmente brilla en pantalla la pequeña Lulu Wilson, que transita sin problemas de la dulzura a la perversidad.
Consulta horarios en: Cinépolis, Cinemex
Fecha de estreno en México: 21 de octubre, 2016.