Tras la muerte de su padre, Clarence (Adriana Ugarte) encuentra los documentos de su tío Killian (Mario Casas) en los que descubre que uno de los dos hombres había estado mandando dinero a la isla de Fernando Poo en la Guinea Española, donde ambos trabajaron durante los últimos años de la colonización española. Intrigada por estos datos, Clarence viaja a la isla, hoy conocida como Bioko, para descubrir la historia de amor prohibido entre su tío y una joven autóctona llamada Bisila (Berta Vazquez).
Con Palmeras en la nieve, el director español Fernando González Molina (Tres metros sobre el cielo, 2010; Tengo ganas de ti, 2012) deja a un lado las comedias para adentrarse en un drama colonial basado en el bestseller homónimo de Luz Gabás. El filme, de casi tres horas de duración, expone la trama haciendo saltos en el tiempo entre dos épocas, el 2003, donde vemos a Clarence investigando el pasado de su familia, y los años cincuenta y sesenta en los que se desarrolla el romane entre Killian y Bisila durante la independencia de lo que hoy se conoce como Guinea Ecuatorial. El contexto político y los conflictos sociales entre los colonos españoles y los habitantes de la isla –que se despliegan en situaciones racistas, abusos y violaciones– permanecen como marco de la relación prohibida y no se les da la atención que merecen, abriendo varias subtramas, como la misteriosa mujer que amenaza a Clarence o la desaparición de uno de los trabajadores españoles de la plantación de cacao, que resultaban más interesantes pero que finalmente no se llevaron a ningún lado. La historia es, en general, hueca; los largos minutos dedicados a la relación entre Killian y Bisila se sienten como puntos muertos en medio de una revuelta emergente y, aun cuando es el tema central de la historia, el tratamiento que se le da la hace insípida al mantenerla más o menos alejada de los prejuicios que despierta una pareja interracial pero plagándola de diálogos que rayan en lo cursi y el cliché. Los numerosos nudos narrativos que integran la película –la situación social de los habitantes de la isla, el rechazo hacia los blancos en la época moderna, la intrusión de los españoles–, en su mayoría, no se resuelven hacia el final del filme.
Fecha de estreno en México: 4 de marzo, 2016.