Alice (Maggie Q), una doctora especializada en trastornos del sueño que ha sido perseguida por pesadillas relacionadas con la muerte sonámbula de su hermano menor cuando era apenas una niña, está investigando a una familia que sufrió la pérdida de su hijo más pequeño. Mamá, papá, hermano y hermana están lidiando con pesadillas recurrentes que les causan peligrosos episodios de sonambulismo y parálisis aterrador del sueño. Aunque esto podría depender de que acepten el dolor y la depresión, el más joven, Danny (Lucas Bond), se muestra particularmente vulnerable al daño físico durante los episodios en los que ve una figura espeluznante deteniéndose frente a él y evitando que se mueva o grite.
El fenómeno de la parálisis en el sueño es el estado de ansiedad que se experimenta cuando, aún dormido, no puede moverse. Este estado tiene algo profundamente angustioso y oscuro, por lo que no es sorprendente que varias películas de terror estén inspiradas en explorar este síntoma. Los filmes rechazan las causas fisiológicas de esta experiencia de sueño, que también es un evento bastante común, justificándolas con fenómenos paranormales. Distorsionan estas experiencias de parálisis con la presencia de entidades malignas, seres diabólicos que acechan a las criaturas indefensas cuando su fragilidad es mayor para tomar posesión de la víctima con el fin de evitar que se mueva y reaccione. Este demonio es un tema muy perturbador y sugerente, que puede jugar en la psicología de quienes miran la película, infundiéndole un estado de miedo. Desafortunadamente Pesadilla siniestra (Slumber, 2017), de Jonathan Hopkins, no logra su objetivo en ningún momento. En el filme, la ciencia trata de investigar los extraños eventos sobrenaturales que ocurren durante un experimento de parálisis del sueño, pero desde una perspectiva de horror bastante estéril y plano. Estamos en presencia de una sucesión de acontecimientos inconexos unidos por las coincidencias improbables. Además, no hay posibilidad de que el elemento sobrehumano sea un poco plausible, y las posibles variables e interpretaciones (lo psicológico, lo sobrenatural) son desarrolladas de manera superficial. Rápidamente todo se vuelve bastante obvio e inmediato, perdiendo así tanto en términos de suspenso como verosimilitud científica. A esto se le agrega una muy pequeña habilidad para materializar pesadillas, usando un cliché de posesión demoníaca muy trivial, como camas que se mueven y cuerpos que flotan. Otros factores que no ayudan son las caracterizaciones de los personajes, que tienen deficiencias tanto en términos de guion como de interpretación del elenco.
Fecha de estreno en México: 10 de mayo, 2018.