Hace 65 millones de años, Zordon (Bryan Cranston) lideró a un grupo de guardianes denominado Power Rangers. En una feroz lucha por defender la Tierra contra Rita Repulsa (Elizabeth Banks), los Rangers perdieron la vida, pero el robot Alpha 5 (voz de Bill Hader) logró almacenar la conciencia de Zordon en el ordenador de su nave espacial. Sólo cuando alguien descubra las poderosas monedas con las que se liberan los poderes de los Power Rangers, Zordon podrá despertar. En pleno siglo XXI: Billy (RJ Cyler), un joven genio interesado en la tecnología, tiene la intención de liberar una energía misteriosa en una mina de oro a las afueras de su ciudad natal, Angel Grove. Junto con sus compañeros de escuela, Jason (Dacre Montgomery), Zack (Ludi Lin), Kimberly (Naomi Scott) y Trini (Becky G), él descubre las poderosas monedas. A partir de ahí, los cinco adolescentes desarrollan habilidades especiales que los conducen a la nave espacial de Zordon. Como los nuevos Power Rangers, deben unir fuerzas y salvar al mundo de la amenaza que representa la temible Rita. 

Casi ningún fenómeno de la cultura pop de los años 80 y 90 se ha librado de la manía de Hollywood de tener un reinicio o una secuela. Sólo era cuestión de tiempo para que la exitosa serie televisiva creada en 1993 por Haim Saban recibiera un nuevo tratamiento. Desde muy temprano se hace evidente que el guionista John Gatins (Flight, 2012) es un fan de la serie original que desea atraer a los viejos seguidores del producto televisivo al mismo tiempo que actualiza el material para que una generación todavía más joven –aquellos que nacieron a partir de los 2000– pueda apreciar esta mitología. Al ser una historia sobre el origen de los héroes, el filme desarrolla –quizá con poca profundidad psicológica, pero sí con la pertinencia suficiente– los rasgos de cada uno de los jóvenes, así como la dinámica de amistad y confianza que surge entre ellos. A cada uno se le da una historia de fondo para que el público pueda entender por qué han sido elegidos para convertirse en los Power Rangers. Aunque el director Dean Israelite (Project Almanac, 2015) pretende ser sombrío y envolver el relato bajo una capa de preocupaciones existenciales, el filme sólo alcanza a representar la angustia adolescente desde una perspectiva melodramática, cuya tensión se rompe debido a las constantes pinceladas de humor ingenuo a cargo del personaje de RJ Cyler. Sin embargo, esta atmósfera discreta y sensata es aniquilada para dar paso a un deslumbrante desfile de efectos visuales que se acumulan hasta la exageración enalteciendo a cada momento lo hipertecnológico; desde las armaduras ligeras y flexibles, pero inquebrantables, hasta los gigantescos Dinozords –herederos de los Transformers de Michael Bay–, pasando por la reconstrucción virtual del rostro de Zordon y la presencia del irreverente robot Alpha 5. Se trata de la confección de un mundo que recurre a la energía cinética constante como única herramienta para mantener la atención del público. La única que logra brillar en medio del ruido y las explosiones es Elizabeth Banks como Rita Repulsa; la actriz –altiva y sarcástica– se mueve con seguridad decidida a destruir este repertorio de clichés vistos una y otra vez en el cine de acción, en los relatos de aventuras y en las historias de superhéroes. 

Fecha de estreno en México: 24 de marzo, 2017.

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