Escucha aquí el soundtrack de ¿Qué culpa tiene el niño?

Maru (Karla Souza) despierta en su habitación de un hotel de Acapulco con una terrible resaca, arena en el cuerpo, desnuda y con la habitación hecha un desastre, tratando de recordar lo que pasó la noche anterior. El rencor contra su ex novio que después de 4 años no le pidió matrimonio y la dejó por ir de aventura a Cuba y la boda de un par de sus amigos hicieron estragos con ella. Un mes después empieza a sufrir la consecuencia de sus acciones: está embarazada y no sabe quién es el padre.

¿Qué culpa tiene el niño? de Gustavo Loza es una película que tiene elementos muy disfrutables. En primer lugar, una producción bien cuidada con un trabajo de fotografía que si no es muy propositivo está bien realizado. Las locaciones, la decoración de los sets y el vestuario, fueron adecuadamente seleccionados y diseñados para lograr un sentido de identificación con lo que podemos ver en nuestro día a día como mexicanos. En la cinta podemos reconocer el ethos de ciertos grupos sociales de la Ciudad de México, el lenguaje, las fiestas, los lugares en los que cada sector poblacional se desarrolla (Coyoacán, Tlatelolco o Santa Fe son algunos ejemplos icónicos). Con el apoyo de varios clichés y giros de trama podemos decir que es una historia fresca y sólida, aunada a un ritmo que hace que casi dos horas de cinta parezcan cortas. Es una comedia que de inmediato hace recordar a la película Nosotros los nobles (2013) de Gary Alazraki, principalmente por el papel que en ambas obras hace Karla Souza: la chica rica, pedante, guapa que tiene que afrontarse a otras realidades que van modificando su forma de percibir el mundo. No sólo eso, está también el hecho de que el humor de la película se sostiene principalmente en hacer evidente la disparidad económica que vivimos en México, en la que una gran mayoría vive al día mientras que un selecto grupo de la población tiene todos los privilegios. Entre broma y broma la verdad se asoma, dicen… y es que en la cinta hay varias críticas serias para todos, pero tomadas con humor. Y es aquí donde encontramos algo para pensar, aunque no sea precisamente la intención de la película: ¿hasta cuándo las diferencias sociales, gustos distintos y visiones del mundo de personas distintas a nosotros nos van a seguir pareciendo un chiste? ¿o es que ante tanta injusticia social y estancamiento el único recurso que nos queda es la risa como un escape para sobrellevar la situación? Algunos de los personajes son llevados al extremo con el papel que representan, convirtiéndolos en una caricatura: la joven adinerada e insufrible que cree que lo merece todo por el simple hecho de existir; su padre político, poderoso y corrupto; la madre soltera con gustos peculiares y poco miedo a expresar sus opiniones pero que es una persona de “mal gusto”; el hombre solitario y algo feo que se porta como un galán ante los demás... Quizá sea un buen ejercicio reflexionar la medida en la que el cine retrata una realidad y qué tanto ayuda a perpetuar esas figuras sociales que tanto nos son conocidas. Al final, dentro de la trama, los problemas se van resolviendo, gracias a la buena voluntad de algunos personajes (esto era de esperarse al ser una comedia), dejando un cuestionamiento acerca de la paternidad que hemos visto en cintas como Like Father, Like Son de Hirokazu Koreeda (con la justa proporción, claro está): ¿un padre es aquel que engendra o el que se encarga de las responsabilidades, está presente y da amor?

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Fecha de estreno en México: mayo 12, 2016.