La tercera y –aparentemente– última parte de la trilogía de “la manada” llega a su fin. En esta ocasión, luego de que Alan (Zach Galifianakis) decapita a una jirafa, causa un terrible accidente de tránsito y le ocasiona un infarto a su padre. Su familia y amigos deciden hacerle una intervención para internarlo en una casa de rehabilitación, pues consideran que está fuera de control. Alan acepta y los encargados de llevarlo son sus amigos Phil (Bradley Cooper), Stu (Ed Helms) y Doug (Justin Bartha). Pero en el camino son interceptados por un mafioso llamado Marshall (John Goodman) quien secuestra a Doug y obliga a los otros a encontrar a Leslie Chow (Ken Jeong) pues le robó millones de dólares en oro.

Para la tercera parte de la trilogía, la trama dejó de lado la falta de memoria de sus personajes; en vez de tratarse de una resaca, el grupo debe lidiar con dos mafiosos sumamente peligrosos que los extorsionan y manipulan para caer en actos delictivos una y otra vez. A pesar de todos los destrozos causados, muertes y crímenes cometidos, los amigos resultan intactos y regresan a sus casas como si nada hubiera pasado. El director, Todd Phillips, enfocó esta cinta en el personaje de Alan luego de la popularidad que obtuvo a partir de la primera película de la trilogía. Si la franquicia hubiera iniciado con ésta, nunca hubiera alcanzado ese reconocimiento.

AGEM (@animalceluloide)

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