Erwan Gourmelon (François Damiens) es un experto en explosivos y técnicas de desminado que dirige una compañía dedicada a controlar las antiguas bombas sobrantes de la Segunda Guerra Mundial. Él está soltero y vive con su hija, Juliette (Alice de Lencquesaing), una joven embarazada de 23 años. Durante una cita médica rutinaria para descartar que el bebé padezca enfermedades genéticas, Erwan descubre inadvertidamente que su padre biológico es alguien más. Al contratar a un detective privado, Erwan encuentra y se hace amigo de su nuevo y misterioso padre, Joseph (André Wilms). Mientras tanto, conoce a una hermosa y enérgica doctora, Anna (Cécile De France), de quien se enamora. Aunado a ello, el hombre debe hacer malabares para ocultarle este secreto a su otro padre, al mismo tiempo que lidia con su hija, quien se niega a reconocer al papá de su bebé.
Quiero estar seguro (Ôtez-moi d'un doute, 2017) es una comedia romántica -con ingeniosas pinceladas de ironía- sobre las dinámicas de la paternidad, los vínculos familiares, la identidad y las raíces desde una pequeña farsa superficial, divertida y caprichosa. A lo largo del filme, la directora y guionista Carine Tardieu propone una sutil pregunta en juego; en un momento determinado, un personaje observa que “todos tienen un padre”, pero ¿realmente necesitamos conocerlos? La colección de padres y padres potenciales que aparecen en Quiero estar seguro son utilizados para preguntarse si esas figuras son necesarias para las vidas de sus hijos, aunque éstos ya sean adultos. Y curiosamente, con la excepción de Juliette, no hay madres en esta película, todas están ausentes o fallecidas. El guion ofrece diálogos ingeniosos que se construyen alrededor de malentendidos, enredos y confusiones, sin embargo, cuando pretende ser una montaña rusa emocional, el filme fracasa en sus intentos de inyectar drama y tensión a las situaciones que siempre se resuelven con gags simples o mediante las salidas más fáciles.
Fecha de estreno en México: 13 de abril, 2018.