Holly (Julia Roberts) se alista para pasar la Nochebuena, cuidando a sus dos hijos menores con su esposo Neal (Courtney B. Vance) mientras trata de tranquilizar a su hija mayor Ivy (Kathryn Newton) que se muestra nerviosa porque esa noche tendrá una presentación en la iglesia. Al regresar a casa, Holly se reencuentra con Ben (Lucas Hedges), su hijo mayor de 19 años que ha estado luchando contra las adicciones desde que tenía 14. Gracias a un permiso en su terapia de rehabilitación, el joven está ahí para cumplir el deseo navideño de su madre y pasar la época de festividades en casa. Ben descubre a una serie de seres queridos cautelosos, pero que de vez en cuando aprovechan para lanzar recordatorios constantes de sus días destructivos como adicto. Holly está encantada con la reunión, pero sigue preocupada por la salud de su hijo, así que elige quedarse en todo momento al lado de Ben para vigilarlo. Sin embargo, esta promesa de diversión, tranquilidad y famila perfecta es destruida por los trágicos eventos del pasado que regresan para arruinar la noche y amenazan la sobriedad de Ben.
Peter Hedges crea el retrato íntimo de una idílica Navidad, utilizando como telón fondo una ciudad pequeña y próspera. La nieve cae suavemente, la reunión en la iglesia brinda tranquilidad y Holly, con una leve sonrisa, evidencia su entusiasmo de ver que todo en su vida marcha bien. Pero aparece Ben, saliendo del bosque y regresando a los brazos de Holly y, en uno de los momentos más efectivos de la película, Ivy intenta mantener a su madre en el interior del automóvil para evitar el contacto con el joven adicto. Este nivel de pánico es notablemente construido por Hedges; el director orquesta interacciones que cargan con una fusión de cariño, melancolía y toxicidad. Regresa a mí (Ben is Back, 2018) se centra en la disfunción familiar y la vorágine de emociones que Ben despierta en Holly y el resto de la familia, profundizando en los sentimientos complicados y frecuentemente conflictivos que experimenta la madre, así como en la propia lucha del joven para ser verdaderamente honesto acerca de sí mismo y los efectos que sus acciones siguen teniendo en su vida y en la de sus seres cercanos. Holly no piensa renunciar a la nueva oportunidad de abrazar a su hijo, aunque él arrastre consigo muchos años de abuso de drogas, mentiras, destrucción y pecados imperdonables, que se revelan lentamente a medida que Ben se reintegra a la familia y a la comunidad. Ben is Back destaca por la manera en que se aborda el tema de las adicciones desde la incomodidad que se genera en el círculo familiar, mostrando constantemente el estado de preocupación de los padres, la ansiedad de los adictos y la desconfianza de los hermanos. Sin embargo, el guion opta por desviarse hacia una subtrama criminal que presenta a un malvado narcotraficante que busca resolver algunos asuntos pendientes con Ben, exponiendo así a toda la familia en una espiral de peligro. El problema es que, a lo largo de este camino, la película no desarrolla los hilos de la historia más importantes de su primera mitad. En su mayor parte, Ben is Back se preocupa más por contar una historia personal significativa que por hacer cualquier tipo de declaración importante con una mirada cercana y personal a la adicción a las drogas. Al mismo tiempo, la película hace un guiño a temás de mayores dimensiones como la moderna epidemia de opioides en los Estados Unidos y el privilegio social que Ben tiene como joven blanco, que no habría tenido de otro modo. Sin embargo, podría ser lo mejor que Ben esté de regreso no vaya más allá de eso (para que no termine de morder más de lo que puede masticar), y en cambio se contenta con dejar que su narrativa ficticia hable por sí misma, en ese sentido.
Fecha de estreno en México: 22 de marzo, 2019.
Consulta horarios en: Cinépolis, Cinemex