Reinventando el amor (The Face of Love, 2013) versa sobre duplicidades y desdoblamientos de identidad. El drama romántico del director Ari Posin (The Chumscrubber, 2005) sitúa a Nikki (Anette Bening) cinco años después de la pérdida de su esposo. Durante todo este tiempo se ha mantenido fiel al recuerdo de su marido, con la sola compañía de su hija, y un horizonte que excluye cualquier plan de tener una nueva pareja. Sin embargo, el destino le presenta una oportunidad para cambiar el rumbo de su vida cuando conoce a Tom (Ed Harris), un maestro de arte que se parece muchísimo físicamente a su extinto marido.
Polsin imprime a la historia el aura melodramático de las películas de las décadas de 1940 y 1950. Por ejemplo, hay una alusión directa a Vértigo (1958), mientras se explora el tema del enamoramiento de un doble, como Hitchcock hiciera. El trabajo de la dupla Beining-Harris le da un aire encantador y verosímil a una fábula (tierna y cruel al mismo tiempo) del amor eterno. Roger (Robin Williams), un amigo de Nikki, secretamente enamorado de ella, aúna a la trama el romanticismo clásico de melodrama rosa. La ausencia de riesgo del guión del propio Polsin, quien prefiere eludir la atmósfera de intriga, conduce a una irregularidad narrativa con una resolución pueril que deja sin atar los cabos sueltos.
VSM (@SofiaSanmarin)