A finales del siglo XIX y en el apogeo de su carrera artística, el escultor francés, Auguste Rodin (Vincent Lindon), trabaja arduamente en su siguiente trabajo: La puerta del infierno, un grupo escultórico monumental inspirado en las obras literarias de Dante, Ovidio y Charles Baudelaire. Una de sus más cercanas discípulas –y también amante–, Camille Claudel (Izia Higelin), es una inspiración. Sin embargo, ella –sumamente talentosa– se siente usada y decepcionada al ver cómo su potencial se desperdicia al ser sólo la mano derecha del famoso artista, en lugar de seguir su propio camino y hallar su estilo personal. Ante la inminente ruptura de maestro y alumna, Rodin comienza desesperadamente a seducir a sus bellas modelos con el objetivo de saciar sus impulsos sexuales y hallar la inspiración necesaria para continuar trabajando.

Rodin (2017), filme dirigido por el cineasta francés, Jacques Doillon,  está filmado en gran parte de las locaciones reales de los eventos históricos, presentando escenarios naturales y espacios arquitectónicos pertinentes para mostrar cada una de las acciones del filme. Sin embargo, uno de los primeros descuidos es que, al transcurrir durante las tres décadas de madurez artística del escultor (entre 1880 y 1910), se muestra a un Rodin que nunca envejece, inmune ante el tiempo, pero sumamente frágil ante el abandono de su amada. En un principio, el director se aproxima con detalle al proceso creativo del artista; con frecuencia vemos a Rodin esculpir, pero el director se empecina en confeccionar secuencias que no implican nada más que a un Rodin intranquilo quejándose en sus intentos por perfeccionar sus estatuas, frunciendo las cejas y arrojando con ira sus materiales cuando nota las imperfecciones de sus yesos, bronces o mármoles. Más que una verdadera reflexión sobre las dificultades de los procesos creativo y artístico, a Doillon lo que realmente le interesa es mostrar el juego de atracción y seducción entre Rodin y Camille; a veces hablan sobre sus ideales estéticos, en otras ocasiones la vida y la muerte son los temas centrales de sus pláticas, pero todo esto desemboca de manera muy tosca y poco elegante en escenas de pasión y sexo. Lindon logra una interpretación encomiable, anclada en su ya conocida presencia intimidante en la pantalla. Higelin también ofrece un trabajo notable encarnando a Camille, una mujer llena de ideas complejas sobre la independencia y el arte; la actriz conjuga la angustia y el erotismo de la musa del escultor, pero paulatinamente se queda varada en una trama poco introspectiva.

Fecha de estreno en México: 8 de diciembre, 2017.

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