Tenemos aquí el viejo dilema del padre de familia contra el hombre soltero. El primero representa el éxito personal en combate con el tedio y las responsabilidades, el segundo la libertad (en especial la sexual), con la desventaja de la soledad y la vida ambulante. Durante uno de los pocos encuentros que la vida del tan ocupado Dave (Jason Bateman) le permite tener su tan desocupado amigo Mitch (Ryan Reynolds) discuten esta situación en un bar.
Cuando caminan de vuelta hacia sus autos la cerveza pasa factura y los lleva a liberar sus vejigas en una fuente, en donde ambos dicen al mismo tiempo que quisieran tener la vida del otro. Como consecuencia, a la manera de Un viernes de locos (2003) y Este cuerpo no es mío (2002), los dos amigos despiertan al día siguiente siendo literalmente el otro. Si fueras yo lleva la comedia del male bonding hasta este punto tan radical para que Mitch y Dave puedan conocer la verdad de lo que antes idealizaron.
AVE (@AloValenzuela)