James More (James McAvoy) camina por los pasillos de un museo de arte a través del dispositivo que lo guía de manera interactiva por la exposición y se comunica con dos hombres que le hablan de su próximo objetivo. More es un espía inglés que está siguiendo los pasos de uno de los hombres que colaboró en los atentados realizados por Osama bin Laden. Para llegar a él, More debe viajar a Somalia en una peligrosa misión. Dada la naturaleza de la tarea, James decide tomarse unos días libres en un hotel en Normandía, donde conoce a Danielle Flinders (Alicia Vikander), una biomatemática que, obsesionada con lo que ocurre en el fondo del mar, se sumergirá a las profundidades del Círculo Ártico para conocer el comportamiento de las especies que habitan allí. En este lugar al noreste de Francia, ambos comienzan un romance que nace a la orilla del mar, y que, a partir de la conversación diaria y el entendimiento del otro crece día con día. Pero los idílicos instantes terminan cuando James debe partir al este de África y Danielle abordar el submarino que la llevará a explorar el interior del océano. Pese a la distancia y a los conflictos que los rodean, ambos mantienen una añoranza sobre el próximo encuentro con su ser amado.
Wim Wenders (Paris, Texas, 1984; Las alas del deseo, 1987; Everything Will Be Fine, 2015) utiliza las cinco capas del océano –de las que habla Danielle en una cena con James- para mostrarnos la complejidad que existe en los sistemas religiosos radicales, pero que, de igual manera, también apunta a la cuestión amorosa a la que ambos protagonistas son atraídos. Siempre te esperaré (Submergence, 2017), tal como su título en inglés describe, sumerge a sus dos personajes en un cálido amor que nace a la orilla del mar y que los colma de una extraordinaria dicha. Previo a su encuentro, tanto Danielle como James se aceptan como seres errantes, individuos que exudan soledad y cuyos mundos giran en torno a sus oficios. Él, al ser un agente secreto de la policía británica, vive bajo un sinfín de identidades desconocidas que no le permiten permanecer mucho tiempo en un mismo lugar; ella, se mantiene en un continuo vaivén entre altamar y la tierra debido a su profesión. Ambos, incapaces de echar raíces y asentarse, encuentran en el otro un refugio sobre el cual anclarse. Frente a las vicisitudes que les esperan (James es capturado por un grupo de yihadistas y Danielle se enfrentará a una de las misiones submarinas más arriesgadas de su carrera) la pareja consigue subsistir a partir del recuerdo de su amor. El barco en el que parte Danielle a su destino lleva por nombre “El Atalante”, una clara referencia al filme de Jean Vigo sobre dos amantes cuyo amor florece y se condena en medio del mar. En el filme de 1934, Juliette (Dita Parlo) relata la forma en que el ser amado puede ser visto dentro el agua, algo que Wenders logra evocar en Submergence a partir de la relación que ambos personajes mantienen con este elemento de la naturaleza y que el cinefotógrafo Benoît Debie (Enter the Void, 2009; Irréversible, 2002) formula a través de sobresalientes escenas lúdicas que iluminan el rostro de Vikander en una total oscuridad. Siempre te esperaré es una historia que habla de la importancia del amor, pero también sobre el terrorismo y aquel amor radical que muchos profesan hacia sus creencias religiosas. El doctor que atiende a James mientras se encuentra cautivo, conversa sobre el sistema bajo el que se sostienen sus ideales y, a pesar de saber que no es la manera de realizar un cambio, no está dispuesto a romper con esos lazos del islamismo, sumergiendo a los creyentes en un amor irracional cuyo resultado suele ser extremadamente violento. La película se basa en la novela homónima de J. M Ledgard, un político británico y corresponsal de guerra que busca hacer un símil entre las profundidades acuáticas y los insoldables recovecos que rodean a un grupo religioso que se escuda en el terrorismo. Wenders elige como guionista a Erin Dignam (Denial, 1990; Loved, 1997) para realizar la adaptación del libro a la pantalla, pero su trabajo se decanta mucho más en la relación afectiva que se construye entre los protagonistas que en los conflictos que surgen mientras James es capturado por el grupo radical armado, lo cual hace que la comparación entre ambos tipos de abismo no quede lo suficientemente clara; así como la alteración del personaje de Vikander, que pasa de ser una mujer brillante, audaz y decidida, a una persona insegura que espera que llegue un mensaje a su teléfono celular –mientras se encuentra en altamar-. La probabilidad de que el amor haga de ella un ser vulnerable, no la exime de situaciones tan lógicas como asumir la inexistencia de una señal telefónica a varias leguas de distancia. Pese al fallo dentro del guion, el cineasta logra simbolizar la soledad de James y Danielle al colocarlos en zonas aisladas y carentes de luz natural. En una entrevista que Wenders realizó en relación con el filme, el director mencionó que “el arte nos enseña que hay otras maneras de afrontar la oscuridad”, permitiendo que aquellos que se encuentran en el abismo (zona abisopelágica) puedan volver a un lugar de claridad (zona epipelágica).
Fecha de estreno en México: 3 de agosto, 2018.