Peter Bowers (Adrien Brody) es un psiquiatra australiano que pasa por un mal momento debido a las constantes pesadillas y visiones inquietantes que tiene. Cuando él descubre el terrible secreto que varios de sus pacientes comparten, él decide regresar a su pueblo natal del que huyó hace varios años. Ahí, en False Creek, Peter debe resolver un misterio asociado a un pasado que ha tratado de esconder pero que debe afrontar para hallar la clave de sus delirios que cada vez son más extraños y amenazantes.
Escrito y dirigido por Michael Petroni (El rito, 2011; La ladrona de libros, 2013), Sin regreso (Backtrack, 2015) es un thriller psicológico sobre la reaparición de los viejos agravios, la revelación de secretos enterrados y la amenaza de la crueldad humana. Adrien Brody es convincente y persuasivo en la transmisión del tormento de Peter, mientras que la paleta de grises y azules oscuros que emplea el cinefotógrafo Stefan Duscio (Canopy, 2013; The Mule, 2014) y la efectiva edición de sonido de Tara Webb (The Babadook, 2014; Mad Max: Fury Road, 2015) configuran una macabra atmósfera marcada por varias capas de misterio que resultan atrayentes para el público. No obstante, hacia el tercer acto del relato, los giros y revelaciones se producen de manera arbitraria dando una sensación de inverosimilitud en las conexiones del psicoterapeuta con sus pacientes y sus recuerdos perdidos. Los fantasmas, más que ser monstruos o figuras espectrales, son visiones encarnadas en seres humanos que simbolizan los secretos, los traumas y las culpas del pasado al estilo de El sexto sentido (1999) y Los otros (2001); sin embargo, en el guión no hay un entendimiento pleno de las angustias del protagonista y el director no logra profundizar en la atormentada mente del personaje.
Fecha de estreno en México: 4 de marzo, 2016.