Aquí puedes escuchar el soundtrack de Suspiria: El Maligno
En 1977, Susie Bannion (Dakota Johnson) se muda de Ohio a Berlín para unirse a la Academia de Danza Markos, con la esperanza de impresionar a la aclamada coreógrafa Madame Blanc (Tilda Swinton). Ahí, en la residencia de estudiantes, las bailarinas están preocupadas con la pérdida de su colega Patricia (Chloë Grace Moretz), quien le confiesa a su psicoterapeuta, Josef Klemperer (Swinton), sus temores sobre la organización, declarando que está dirigida por un grupo de brujas. Buscando investigar las afirmaciones de brujería, Josef hace descubrimientos críticos sobre las mujeres que están al frente de la academia, mientras que Susie, además de enfocarse en sus habilidades como bailarina para obtener el papel protagónico de la puesta en escena que prepara Blanc, se hace amiga de Sara (Mia Goth), una joven que comienza a sentirse insegura del lugar en el que vive y estudia, mismo sentimiento que experimentó Patricia antes de su extraña desaparición.
Han pasado 41 años desde Suspiria (1977), la película original de Dario Argento, considerada por muchos críticos y espectadores como su obra maestra, o al menos una de sus principales películas y una de las más representativas del giallo italiano. La visión de Argento se dispersó de manera desafiante, generando una propia sensación de progreso narrativo, que a menudo involucraba actos de violencia impactantes, fotografiados gloriosamente para parecerse a un ‘país de las maravillas’ de colores primarios. Luca Guadagnino (Call Me By Your Name, 2017), el director de la versión 2018, admite con mucha franqueza que le ha fascinado la película de Argento desde la tierna edad de 10 años y uno de sus más grandes objetivos siempre ha sido reinterpretarla no sólo mediante un remake, sino expandir la mitología para explorar los límites del género de terror. Para ello, Guadagnino reduce la velocidad del material de origen, reelaborando la experiencia de Susie en Berlín en múltiples capítulos (seis actos más un epílogo y una escena postcréditos) que muestran su inmersión paulatina en los terrenos del crecimiento, la madurez y la maldad. El guion de David Kajganich (A Bigger Splash, 2015) tiene mucho tiempo para desarrollar la historia que intenta ir más allá del relato original, proporcionando una gran cantidad de motivaciones para varios personajes y enfatizando el contexto de la época mientras borra la mayor parte del misterio, identificando inmediatamente al equipo de Madame Blanc como brujas, dirigiendo el remake hacia un estudio de las fuerzas del mal, no el ocultamiento de ellas. Las brujas están situadas en una dimensión que oscila entre el orgullo y la vanidad, el poder salvaje y el deseo obstinado de unir a la comunidad en un solo cuerpo -joven, bello, talentoso, fuerte- como el representado en la danza “Volk” que todas las bailarinas preparan con esmero. A diferencia de la Friburgo de Argento (un espacio de ensueño en el que dominan el rojo, el amarillo y el verde, un lugar que refleja y sugiere una dimensión inconsciente en la cual uno puede perderse y encontrarse de nuevo), la Berlín de Guadagnino está desprovista de las pinceladas ardientes de Luciano Tovoli; el espacio es más que realista, un triunfo de tonalidades beige y grises capturadas por la lente del cinefotógrafo tailandés, Sayombhu Mukdeeprom (Uncle Boonmee Who Can Recall His Past Lives, 2010), para representar una ciudad dividida por el muro y desgarrada por violentos enfrentamientos entre el grupo terrorista R.A.F. y el gobierno alemán. El cineasta nacido en Palermo apuesta por la complejidad y la riqueza de los infiernos que se encierran en edificios viejos; demuestra una visceralidad y un coraje muy bien explotados, incluso si las escenas de ensueño, simbólicas y muy bien creadas no tienen éxito inmediato en la progresión del relato. Las huellas del misterio y del horror se sugieren mediante la hipnótica banda sonora creada por Thom Yorke. El diseño de sonido es igualmente fascinante; cada caída o movimiento se acumula en la atmósfera con un ruido enfático allanando el camino para asegurarse que, cuando el rojo de la sangre comience a fluir, el efecto delirante se acentúe.
Fecha de estreno en México: 11 de enero, 2019.