*EnFilme Recomienda
Una de la mejores películas que se han visto en los últimos años es Tabú, de Miguel Gomes. Está por estrenarse en la Cineteca, en México, y ha sido vista en algunos festivales. Se ha presentado en Panamá y el público ha respondido como el filme merece. En evocativo blanco y negro, la historia se divide en dos partes y un prólogo; la resonancia de éste reverbera a lo largo de toda la cinta, a través de la figura del cocodrilo, y de la representación que la narración le da. Porque es fundamental en Tabú la omnipresencia del narrador, al inicio, y en el segundo capítulo. Se trata de una historia compleja que abarca, de forma punzante, la memoria y su bulto de recuerdos, los que lastiman, pero también los que dan sentido, los sinsentidos de la historia a partir de un colonialismo que abre heridas difíciles de resanar y el amor y sus pasiones, en su vertiente romántica, pero también en la desgarradora; la que también no suele cicatrizar. Primero es el ‘Paraíso perdido’, el presente, retratado en 35mm; y después, en un extenso flashback narrado, filmado en Súper 16mm, el ‘Paraíso’. De adelante hacia atrás, una vida personal íntimamente adherida a la nacional. Un delirio fílmico de esos que reivindican la misión del cine como la propuesta artística que más se acerca a entender la complejidad del alma del hombre contemporáneo.
AFD (@SirPon)
Minicrítica escrita durante el Festival de Cine en Panamá del 2013.