Benjamin Ford (Robert De Niro) es un veterano de guerra que ha decidido aislarse de todo tipo de relación humana y se ha marchado a su solitaria cabaña en los montes Apalaches. Después de sufrir un pequeño contratiempo, es auxiliado por Emil Kovac (John Travolta), un bosnio que realiza una expedición de caza por la zona. Al poco tiempo de conocerse, Ford invita a Kovac a cenar a su cabaña, y como gesto de agradecimiento el bosnio invita al exsoldado a salir de caza. Durante la excursión, Ford descubrirá que Kovac no es bosnio, sino un criminal serbio que fue perseguido por las tropas de la OTAN mientras cometía asesinatos en la región balcánica.
Aunque resulta interesante ver en pantalla la mancuerna De Niro-Travolta, el filme no profundiza en las complejas mentes del ermitaño o del asesino, y sólo se concentra en las primeras capas del conflicto: las apariencias. Por supuesto, la problemática entre Serbia y Bosnia es tomada como pretexto para proponer una venganza inverosímil y una serie de persecuciones efímeras donde los papeles de cazador y víctima se invierten constantemente.
LFG (@luisfer_crimi)