Dominado por hormonas masculinas con vocación social, el cine británico de alta escuela se refrescó en el último suspiro del pasado milenio con la presencia de Lynne Ramsay, quien en 1999 debutó con la hermosa y trágica, Ratcatcher. Hasta la compararon con el Ken Loach de Kes (1969), por la solvencia con que le virtió rasgos líricos. En el 2002 filmó Morvern Callar, basada en la novela existencialista de Alan Warner.
Su promisoria carrera quedó obstruida por causa de un malogrado proyecto que terminó en manos de Peter Jackson (Lovely Bones). Ocho años más tarde la ha reactivado. We Need to Talk About Kevin adapta el libro de Lionel Schriver, en el que la matanza estilo Columbine de un adolescente dispara dudas sobre el grado de responsabilidad de su atormentada madre. Ah, la música es de Jonny Greenwood (Radiohead).
AFD (@SirPon)