Peter Parker (Andrew Garfield) por fin domina sus súperpoderes arácnidos; se ha convertido en el guardián de Nueva York y su alter ego es toda una celebridad. Por lo tanto, Spider-Man no está exento de los fans un tanto obsesivos. Uno de ellos es Max Dillon (Jamie Foxx). Dillon es un científico que pasa desapercibido en las instalaciones de Oscorp, muchos de sus diseños han sido robados por sus superiores, es menospreciado y ridiculizado constantemente. Una noche mientras repara una falla, recibe un choque eléctrico de alta tensión y cae a un tanque con anguilas eléctricas. Es dado por muerto, pero en la morgue despierta con una especie de poderes eléctricos. Por su parte, Peter Parker se debate entre acatar la última voluntad del padre de su novia, Gwen Stacy (Emma Stone) –alejarse de ella para no volverla un blanco los enemigos de Spider-Man– o mantener su relación con ella. Hasta ese momento, salvo por el Lagarto, todos sus enemigos han sido ladrones de poca monta. Esto cambiará cuando tenga su primera confrontación con Dillon, ahora Electro, en medio de la Quinta Avenida.
Marc Webb cumplió a los fans del cómic. Como había prometido, esta cinta tiene muchas más escenas de acción, con ese sutil toque de humor, característico del personaje, sin que esto demerite el caudal de conflictos existenciales propios del héroe. Los errores en efectos especiales, que se podían apreciar en los primeros avances, fueron depurados y en pantalla lucen mucho más orgánicos. Su mayor tropiezo, quizá, involucre al enemigo central de la película, Electro, pues resulta inverosímil que el personaje casi convertido en un semidios (muy similar al Dr. Manhattan de Watchmen) sea vencido de una manera tan burda. Por su parte, el conflicto y surgimiento del Duende Verde, Harry Osborne (Dane DeHaan) se maneja de manera sutil, pero latente. Webb tiene una perspectiva más humana y menos caricaturizada de los conflictos personales de Peter Parker respecto a sus padres ausentes, su tía May (Sally Field) y su relación con Gwen Stacy, en comparación a la trilogía de Sam Raimi.
AS (@albertosandel)