Lee aquí nuestra reseña de El gigante egoísta.
Clio Barnard pareció salir de la nada para estremecer a la escena fílmica británica con su ópera prima, la inventiva y conmovedora, The Arbor, que tuve la oportunidad de ver en el London Film Festival hace tres años, invitado por Michael Nyman, pues su hija fue la encargada de la música del filme. Posteriormente, fue tal la resonancia que provocó la conjunción de una historia que estremece y la forma tan original en que la presentó, que The Arbor incluso se presentó en Distrital y Morelia, en México. Precedida de su exitoso paso por Cannes, The Selfish Giant, segunda obra de Barnard, se presentó en Londres, también obteniendo aplausos tanto en la crítica como en el público. Esta vez, la directora –adaptando libremente la obra homónima de Wilde– optó por una narración ortodoxa hasta cierto tramo de la película. Incluso pareciera formularia –dos niños pobres, juguetones, agresivos e impetuosos; buenos amigos que aprenden a robar cable y metal para vendérselo a un mercenario sin escrúpulos que se aprovecha de ellos y provoca que rivalicen–, pero que secuencia a secuencia siembra detalles, gestos y motivaciones psicológicas que en el desenlace se conjugan categóricamente para certificar que, además de Lynne Ramsay, Joanna Hogg y Andrea Arnold, en Clio Barnard el Reino Unido tiene ya cuatro directoras de élite en el cine mundial. La interpretación de los chamacos es extraordinaria.
Sinopsis escrita durante el pasado London Film Festival (Octubre, 2013)
AFD (@SirPon)